Carlos Aldo Mujica Cómo fue que se pergeñó la vuelta de King Kong a Santiago el año que el “Santiagazo” la conmovió hasta el mismísimo fuego Esa noche rompe las cadenas, mientras la sala se viene abajo en aplausos para una fenomenal actuación. La pasan en el cine Renzi. Luego se sube a un edificio alto, el Grand Hotel para huir de los aviones que lo atacan, lo único que sabe es trepar hasta la última rama, la vida le dio solamente esa arma para defenderse. En la película, de la que luego hacen una o dos remakes, tiene a la chica, siempre una rubia bellísima, entre sus manos antes de caer acribillado a tiros que le hacen desde aeroplanos del tiempo de la Primera Guerra Mundial, esos con dos alas. De tan grande y evidente, no lo vimos venir o tal vez nos hacíamos los de creer que era un espejismo del pasado, deja vú de otro deja vú y de otro y otro hasta llegar a los tiempos de Felipe Ibarra o quizás antes. Haga un acercamiento, señor director, cierre el plano de la cámara, desde la plaz
Cuaderno de notas de Santiago del Estero