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Mostrando las entradas etiquetadas como Seguro

¿RELIGIÓN? Pecados que claman al Cielo

Trabajador informal “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero” Dicen los que saben teología, que de todos los pecados hay cuatro que claman al Cielo y que serán pagados en esta vida por quienes los cometen: el homicidio voluntario, el pecado impuro contra el orden de la naturaleza, la opresión del pobre y la defraudación o retención injusta del jornal, del trabajador. El homicidio voluntario clama al Cielo desde Abel, es la muerte de otra persona motivada por la envidia. El segundo es la sodomía o pecado de inversión sexual que se opone directamente a la propagación de la especie. El tercero, la opresión del pobre se da cuando se abusa de la condición de pobre e impotente de quienes no tienen cómo defenderse y en la actualidad argentina podrían ser los jubilados. El último es la injusticia contra el asalariado, ya sea retrasándole el pago, disminuyéndolo o despidiéndolo sin causa. Vamos a ocuparnos aquí solamente del último de los

SEGURO Firme un contrato con un futuro enemigo

Dicen que protegen la familia y sus bienes, protegeriola "Si usted se muere, antes de enterrarlo tienen que hacerle el certificado de defunción, que es una constancia, firmada por un médico” El sistema de seguros se basa en una operación matemática simple, muchos ponen dinero previendo que algo les pase: les roben el auto, choquen a otro, se accidenten, se les incendie la cosecha, mueran, en fin. Hay una enorme cantidad de cosas que se pueden asegurar, hasta partes del cuerpo humano, como actrices que adquieren una póliza por sus piernas, sus glúteos, sus pechos, su boca. El tipo que lo charla a uno para que asegure algo es un vendedor de papeles. Debe tener una labia fenomenal para convencerlo de que asegure su casa. Usted piensa que no le robarán o no se le incendiará, y es posible que así sea. El asunto es que hay una pequeña cantidad de gente que compra el seguro y si le sucede algo está salvado. Eso cree, porque no es del todo cierto. En casi todos los casos, cuando se produc

LENGUA Cuando el aire de la boca es ruido nomás

Una ley no frena la violencia Cambiar las palabras es fácil, lo difícil es cambiar una realidad dolorosa de muchas mujeres Los que pretenden igualar los derechos de las mujeres con los de los hombres modificando el lenguaje, son iguales a los que quieren cambiar la realidad a golpe de leyes. Como si en el papel o en el aire que producen las palabras, estuvieran las claves de la vida. ¿Falta trabajo en la sociedad?, pues hagamos una ley que diga: “Todos los hombres gozan del derecho a tener un trabajo digno”. El problema es que cada cláusula obligando a alguien a hacer o no hacer algo, debe tener su correspondiente seguro. Es decir, después de la afirmación de que todos gozamos del derecho a tener un trabajo, la ley debería agregar: “Si no lo consiguiera, Fulano de Tal —institución, persona, repartición, comercio, lo que fuere— es responsable de proporcionárselo”. Peor es el caso del lenguaje de género. Porque desde que se intenta implantarlo como obligatorio, aumentaron de manera expon