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Mostrando las entradas etiquetadas como Remera

CALOR Los santiagueños desmienten a Borges

La única conversación posible Ni el día perfecto los salva del pronóstico del infierno, hablan del clima como si fuera destino y se quejan hasta por costumbre El 10 de noviembre fue uno de los días más espectaculares que regaló a Santiago del Estero, el Servicio Meteorológico Nacional. Amaneció con 18 grados, la siesta trepó a 32, con un vientito del noreste que apenas movía las ramas de los paraísos de las calles. Una delicia, vea. Algunas madres enviaron a sus hijos a la escuela con una campera liviana y otras los llevaron de remera nomás. El pavimento no despedía calor de fuego ni estaba helado, y mucha gente se apuró al caminar, sobre todo porque sabía que no sería un gran esfuerzo, con el tiempo manteniéndose en un rango amable. Los santiagueños en los bares se contaron sus dramas, las parejas se amaron con un cariño correspondido, los empleados públicos pasearon por el centro como todos los días, despreocupados y alegres, y los comerciantes tuvieron una mejor o peor jornada de ve...

LECTURAS Odios varios

Cara de odio Algunos odios o tirrias del autor de esta nota, que espera ser tenido en serio porque cuando lo escribió estaba consciente y lúcido Odio la buena onda, la mitad del vaso medio llena, a los viejos de más de 18, que se tratan de chicos, la casualidad y la causalidad, a los que dicen que este es un país libre, a los que se ponen una remera que dice “ay lav Ñú llor” o “ay lav cualquier cosa”, odio la primavera, a las flores porque me hacen estornudar, a la mitad de la biblioteca, a los mediadores en cuestiones espinosas, a los que creen que la razón está mitad allá y mitad aquí, a los que dicen “mens sana in corpore sano”, a los que al final tenían razón y ya que estamos, a los que siempre tienen razón, a los prolijos, a los que subrayan títulos con azul y subtítulos con colorado y nunca se olvidan, a los mosquitos. Odio a los buenos, a los que siempre ganan, a los que siempre ganan porque son mejores, más fuertes, más altos o más hábiles, a los satisfechos, a los que ponen al...

HIGIENE Agua y Energía

De punta en blanco Nota que trata sobre las premisas de las que se partía antes, de base, para salir con una chica y por qué bañarse era el primer paso a tener en cuenta En aquel tiempo, respetar una mujer era vestirse con la mejor pilcha para salir con ella un sábado a la noche, entre otras cosas. Nadie hubiera osado ponerse zapatillas, por más limpias que estuvieran, ni la misma remera que usaba durante la semana. También había que peinarse, no digamos a la gomina, aunque algunos la usaron hasta que desapareció de la perfumería Marybé y de otros lugares que la ofrecían, el pantalón planchado y los zapatos lustrados. ¿Qué es eso de una chica preciosa, vestida con sus mejores pilchas, que fue a la peluquería o se hizo la planchita, le pidió prestada la blusa a la hermana, pasó tres horas pintándose, le robó por esa noche nomás, una cartera a la madre, y el chango sale con la misma ropa que va a la cancha, con olor a chivo y se sienta en la cervecería estirando las patas, como si estuvi...