Cara de odio |
Algunos odios o tirrias del autor de esta nota, que espera ser tenido en serio porque cuando lo escribió estaba consciente y lúcido
Odio la buena onda, la mitad del vaso medio llena, a los viejos de más de 18, que se tratan de chicos, la casualidad y la causalidad, a los que dicen que este es un país libre, a los que se ponen una remera que dice “ay lav Ñú llor” o “ay lav cualquier cosa”, odio la primavera, a las flores porque me hacen estornudar, a la mitad de la biblioteca, a los mediadores en cuestiones espinosas, a los que creen que la razón está mitad allá y mitad aquí, a los que dicen “mens sana in corpore sano”, a los que al final tenían razón y ya que estamos, a los que siempre tienen razón, a los prolijos, a los que subrayan títulos con azul y subtítulos con colorado y nunca se olvidan, a los mosquitos.Odio a los buenos, a los que siempre ganan, a los que siempre ganan porque son mejores, más fuertes, más altos o más hábiles, a los satisfechos, a los que ponen al mal tiempo buena cara (por qué, che estúpido, si te va mal, poné cara de vinagre), a los que te dicen “si me necesitas llamame con confianza”, a los siempre bien educados, que saludan al entrar y al irse y a todas las mujeres les dan un beso y a los hombres les estiran la mano, a los buenudos, al que se para en el camino para echar una cuarta al que quedó en la ruta, odio a yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos. Y ustedes también, por las dudas.Odio a los que dan buen ejemplo, a los que estudiaron toda la lección, a los que se portan bien, a los que nunca pierden el tiempo, a los que dan el paso a las mujeres, odio la comida sana, los zapallitos, la pechuga de pollo, la avena Quáker y las galletas de arroz (¡galletas de arroz!, a quién se le ocurre esa hijoputez, diganmén, por favor, habría que matarlo a palos), a los contemporizadores, a los que todo el mundo quisiera tener de hermanos, de padres, de hijos, de yernos, de suegros, de amigos, de enemigos, de cualquier cosa, a los que siempre levantan la mano porque se saben la lección, a los que hinchan por el candidato que va a ganar, y gana, al que me da la razón de una, no lo hagas, ¿no ves que te odio?, a los que tienen mala ortografía y no les importa porque tienen buena letra. Me odio yo, por no odiarte demasiado y te odio a vos también, por supuesto, qué te has creído.
Odio a los simpáticos, a los carismáticos, a los que cualquier madre quisiera tener de yernos y cualquier hija quisiera que sea su marido, a los lindos, a los famosos, a los modernos, a los que se llevan de los libros de autoayuda y a sus autores también, a los que no leen, a los que no piensan como yo, pero mucho más a los que piensan exactamente como yo, a los conspiranoicos, antivacunas, terraplanistas, a los que creerán que esta es una nota en serio y por eso se sentirán con el deber de amonestarme al final de la página, pero al que no cree eso también lo odio con toda mi alma, con todo mi corazón, con todo mi espíritu.
Juan Manuel Aragón
A 9 de octubre del 2024, en La Mesada. Arreando la hacienda.
Ramírez de Velasco®
La odiada hacienda...
ResponderEliminarLo leo con más tranquilidad y te comento gracias Juan arq lopez ramos
ResponderEliminarSuele suceder ,y es bueno que suceda ,sacar una vida encorsetadapor las reglas sociales, por las opiniones,válidas o no pero asfixiante. Muy bueno el artículo Juan Manuel
ResponderEliminarMe reí mucho porque me hizo recordar dos cosas: una es que alguien de mi familia, solía decir que hay "odiadores seriales"" que no quieren a nadie. La segunda trajo a mi memoria el tango que cantaba Alberto Echagüe con la orquesta de Juan d'Arienzo "te odio y te quiero". Pero que tiene poco que ver con la nota! Un abrazo!
ResponderEliminarPara reflexionar sobre el yo interior. Creo que en mi caso no le llamarÍa "odio", y definitivamente no es un estado constante, pero en algún momento me he visto en algunas de las situaciones que describe la nota. Pero nunca hacia los que son mejores o me superan en algo.......esos despiertan mi atención y mi interés para tratar de aprenderme lo que hacen mejor.
ResponderEliminarLo que no dijo ud y si es sincero estoy seguro me daría la razón, es que ud más odia al que calcula que tiene el falo grande y ud chico y para que decir si le dijeron que anduvo antes con su novia. ¿miento ? Esto todo los hombres de pitó corto lo padecen.
ResponderEliminarBuen día. Como están los hombres odiadores ja ja ja. Dejen de odiar pues los apodaran de Pito Corto.
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