Ir al contenido principal

HIGIENE Agua y Energía

De punta en blanco

Nota que trata sobre las premisas de las que se partía antes, de base, para salir con una chica y por qué bañarse era el primer paso a tener en cuenta


En aquel tiempo, respetar una mujer era vestirse con la mejor pilcha para salir con ella un sábado a la noche, entre otras cosas. Nadie hubiera osado ponerse zapatillas, por más limpias que estuvieran, ni la misma remera que usaba durante la semana. También había que peinarse, no digamos a la gomina, aunque algunos la usaron hasta que desapareció de la perfumería Marybé y de otros lugares que la ofrecían, el pantalón planchado y los zapatos lustrados.
¿Qué es eso de una chica preciosa, vestida con sus mejores pilchas, que fue a la peluquería o se hizo la planchita, le pidió prestada la blusa a la hermana, pasó tres horas pintándose, le robó por esa noche nomás, una cartera a la madre, y el chango sale con la misma ropa que va a la cancha, con olor a chivo y se sienta en la cervecería estirando las patas, como si estuviera en la vereda de la esquina de la casa, conversando con los amigotes de la cuadra?
Otra cosa: está bien que hayamos acabado con los tiempos del estúpido machismo, pero afeitate o dejate la barba como un hombre. Al menos los sábados, cuando vayas a salir con tu chica, dejate la cara lisa como culito de bebé, esa barba medio descuidada, como la usa Lionel Messi, no te queda. Él debe tener una tropa de peluqueros para que se la arreglen cada vez que le crece medio milímetro, en cambio vos, ratón, la chapuceas con la tijera de tu mamá.
No importa que estén de moda los pantalones tijereteados, que cuesten muchísimo más dinero ni que sea lo que se ponen todos, si vas a salir con tu novia, no te los calces. No sos quién para andar dando lástima en un lugar de moda, ¿o acaso tienes una razón filosófica para andar rotoso en un sitio en que una cerveza cuesta lo mismo que tres días de jornal obrero y la pagas sin chistar?
Mil disculpas por traer a la conversación, asuntos de los que ya no habla la juventud, ávida de conseguir el derecho a pintarse de celeste los pelos del upiti, matar chicos en la panza de la mamá o exigir que les digan “todes”. Y sí, amigo, en otros tiempos la juventud agarraba una ametralladora y salía a la calle a cambiar el mundo, organizar una revolución, poner todo patas para arriba, hacer patria, hoy sólo pretende que el lomito no tenga carne porque se emperró en no comer algo que tenga ojos. ¡Chuchis!
En ese tiempo que le digo, cuando uno llegaba a la edad adulta —que era cuando le salían pelitos en partes que antes nunca— ni siquiera su madre lo dejaba salir con ella al centro a hacer un trámite si iba sucio, despeinado, con un chivo bajo el brazo y, para peor, ¡de zapatillas! “¿Dónde se ha visto?”, decía la vieja y agregaba, “vestite en forma decente o no doy un paso fuera de la casa con vos”. Y uno, lanudo grande, tenía que bañarse, peinarse y ponerse los timbos para acompañarla a Agua y Energía a sacar las boletas de la casa.
Y no venga con que los jóvenes de ahora son libres, desprejuiciados, sin ataduras formales como antes, porque no es verdad. Son esclavos de sus telefonitos y sus redes de internet, dependen de esos aparatos para comprar un sangüi de milanesa o conseguir novia, están llenos de prejuicios contra los que piensan distinto y los han llenado de calificativos despectivos (“turros” o “chetos” son las dos principales caracterizaciones, pero reconocen infinidad de otros grupos y subgrupos), y están atados al dinero como nunca en la historia de la humanidad.
Está bien, bañarse es una formalidad, hay sociedades supuestamente cultas y distinguidas que, por cultura o escasez, no pasan por la ducha una o dos veces por día como se acostumbra en estos pagos y es cierto también que muchas otras civilizaciones apenas tienen agua para tomar, en esos casos andan chivando todos y debe ser que no se sienten la fragancia de cueva de oso recién salido de invernar.
En muchos casos el fondo es la forma misma. Si un chango quiere caer bien a una chica, antes de salir debería lavarse bien el pelo, los sobacos, las partes, aunque sea en eso que antes llamábamos baño polaco (panza, bola y sobaco), para empezar una relación que más adelante podría fructificar hasta ser una familia, quién le dice.
Pero si consideran que la mujer es cualquier cosa, un objeto que usarán hoy para olvidarse mañana, un lindo adornito para mostrarse en una confitería, en un boliche, entonces sí, que vayan con la misma ropa con que jugaron a la pelota, laburaron en el taller o la remera que se vienen poniendo, sin lavar, desde el lunes de la semana pasada.
Las madres de antes enseñaban a no fijarse en la pilcha de los demás. Pero dividían a los amigos de los hijos entre los que siempre andaban prolijos (si tenían la ropa parchada no importaba) y los roñosos. Entre los que sabían que no debían ir a una fiesta de quince de zapatillas y los que se ubicaban y, si no tenían traje iban lo mejor que podían.
Y uno, criado por esas mujeres, sabe que tenían razón, qué tanto. No hay mejor perfume que el de recién bañado en vez de andar oliéndose los huecos para disimular la hediondez de esquivar la ducha desde abril, sólo por parecerse, nada más que en las formas, a un revolucionario de pacotilla con cara de remera, bajando de Sierra Maestra.
Afeitate po bien, che.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc19 de junio de 2023, 9:27

    Creo que hacen falta progenitores que guíen, en vez de andar por detrás de lo que hace la juventud. Las modas para jóvenes y viejos verdes son dictadas por viejos, pícaros recaudadores de ganancias por ventas de modas que ellos mismos no adoptan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. RICARDO RAMENDO 19/O6/23 MUY BUENO LO EXPRESADO EN ESTE ESCRITO, ES HORA DE PENSAR CON EL CEREBRO, MIRA QUE LOS BUENOS HABITOS Y LAS BUENAS COSTUMBRES NUNCA PASARAN DE MODA. Y EL ANDAR SUCIO Y DESPROLIJO NO ES NADA QUE HABLE BIEN DE NINGUNA PERSONA

      Eliminar
  2. Muy bueno me reí 🤣 mucho si lo públicas en face nadie sabe que es upite. Te felicito
    Arq Maria lopez

    ResponderEliminar
  3. La belleza en todos los órdenes, hoy devaluada por la sociedad, es un concepto primordial para el desarrollo del ser humano. .Salvo excepciones, que siempre las hay, la juventud de hoy no tiene ningún uso para el concepto de la belleza. Lo que para Platón fue un elemento fundamental del bienestar, el desarrollo y la felicidad.... "cómo no va a ser poderosa Grecia, si tiene al Partenón"...decía, hoy la sociedad no le asigna ninguna relevancia.....y así nos va.
    Icho eso, los jóvenes bien educados, pulcros y cuidadosos del buen arreglo personal, son los que siguen teniendo más éxito en todos los órdenes.....incluso en aspectos de intimidad.

    ResponderEliminar
  4. Jajajajaja tremendo , sensacional , cuánto más descuidado la lindas lo miran más , y un poquito de lectura , metes ideas en la conversación ... Ganas todas ... Jajajaja y no se olvidan más ... Lectura man .. lectura , tenés chamuyo , actitud , y un poquito de baile ... Y si ensayas ..
    Sale

    ResponderEliminar
  5. Hoy poy hoy las chicas están cambiadas y un viejo cazador de mujeres decía: El hombre para ser mujeriego tiene que ser fiero , sucio y ediondo. Y si no están de acuerdo , lean lo que puso Juan en donde las chicas salen bien limpias y coquetas a juntarse con changos mefiticos.

    ResponderEliminar
  6. Me encanta que mi cita tenga barba de tres días, pero eso sí, bien limpito y perfumado, qué tanto!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

HISTORIA La Casa de los Taboada

La Casa de los Taboada, recordada en El Liberal del cincuentenario Por qué pasó de manos de una familia de Santiago al gobierno de la provincia y los avatares que sucedieron en la vieja propiedad Los viejos santiagueños recuerdan que a principios de 1974 se inundó Santiago. El gobernador Carlos Arturo Juárez bautizó aquellas tormentas como “Meteoro”, nombre con el que todavía hoy algunos las recuerdan. Entre los destrozos que causó el agua, volteó una pared del inmueble de la calle Buenos Aires, que ya se conocía como “Casa de los Taboada”. Y una mujer que había trabajado toda la vida de señora culta, corrió a avisarle a Juárez que se estaba viniendo abajo el solar histórico que fuera de la familia más famosa en la provincia durante el siglo XIX. No era nada que no pudiera arreglarse, aunque ya era una casa vieja. Venía del tiempo de los Taboada, sí, pero había tenido algunas modernizaciones que la hacían habitable. Pero Juárez ordenó a la Cámara de Diputados que dictara una ley exprop

RECUERDOS Pocho García, el de la entrada

Pocho García El autor sigue desgranando sus añoranzas el diario El Liberal, cómo él lo conoció y otros muchos siguen añorando Por Alfredo Peláez Pocho GarcÍa vivió años entre rejas. Después de trasponer la entrada principal de El Liberal, de hierro forjado y vidrio, había dos especies de boxes con rejas. El de la izquierda se abría solo de tarde. Allí estaba Juanito Elli, el encargado de sociales; se recibían los avisos fúnebres, misas, cumpleaños. Cuando Juanito estaba de franco su reemplazante era, el profesor Juan Gómez. A la derecha, el reducto de Pocho García, durante años el encargado de los avisos clasificados, con su ayudante Carlitos Poncio. Pocho era un personaje. Buen tipo amantes de las picadas y el vino. Suegro de "Chula" Álvarez, de fotomecánica, hijo de "Pilili" Álvarez, dos familias de Liberales puros. A García cuando salía del diario en la pausa del mediodía lo esperaba en la esquina de la avenida Belgrano y Pedro León Gallo su íntimo amigo Orlando

HOMBRE San José sigue siendo ejemplo

San José dormido, sueña Un texto escrito al calor de uno de los tantos días que el mundo secularizado ideó para gambetear a los santos Todos los días es día de algo, del perro, del gato, del niño, del padre, de la madre, del mono, del arquero, de la yerba mate, del bombo, del pasto hachado, de la madrastra, del piano de cola, de la Pachamama, del ropero, de la guitarra, del guiso carrero, de la enfermera, del abogado, del pañuelo usado. Todo lo que camina sobre la tierra, vuela en el cielo, nada en el agua, trepa las montañas, nada en las lagunas, patina en el hielo, surfea en las olas o esquiva a los acreedores, tiene su día. Nada como un día sin connotaciones religiosas, sólo nuestro, bien masón y ateo, para recordar a los panaderos, a las mucamas, a los canillitas, a los aceiteros, a los carpinteros, a los periodistas a los lustrines, a los soderos, a los mozos, a los vendedores, a los empleados públicos, a los policías, a los ladrones, a los jugadores, a los abstemios y a los tomad