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Mostrando las entradas etiquetadas como Sembrado

UTOPÍA El Fruto

Chica con manzana Una viejísima narración, contada otra vez, casi con las mismas palabras, solamente porque el público se renueva Cuando pasaba la lluvia buscábamos caracolitos que el mar traía a la playa, mientras observábamos la costa del continente, que se alzaba a lo lejos. Nunca habíamos intentado cruzar lo que llamábamos el Canal. Creíamos que era miedo de hallar algo hermoso del otro lado, después de lo cual no querríamos regresar más. Vivíamos bien, cada uno en su choza, con su mujer, sus hijos, sus gallinas, sus patos, sus cerdos, sus vacas, los utensilios de labranza, el sembrado. Si llovía juntábamos agua en unos tachos para bañarnos cada uno en su casa, pero si no llovía íbamos al arroyo a bañarnos desnudos, todos juntos, en familia, grandes y chicos y chapotéabamos y jugábamos tirándonos agua. A veces venía de visita El Que Tiene Un Nombre Que No Estamos Autorizados A Pronunciar, conversaba un rato con nosotros y lo hacíamos reir con nuestras ocurrencias. Estaba contento,

TIEMPOS Alma viajera

Calle Congreso,Tucumán Cómo hay que hacer para acomodar el espíritu a los nuevos tiempos que han llegado, desbaratando un orbe antiguo y con Dios en el centro Alguna vez alguien lanzó la teoría de los cambios fundamentales de la vida se deben dar gradualmente para acostumbrar el alma a los nuevos tiempos, la nueva situación, el horizonte de llegada. Durante varios siglos el hombre viajó de a caballo, animal que lleva la velocidad necesaria para observar con detenimiento el cambio del paisaje y permitir al espíritu hacerse a la idea del real al que llegará. Para ir a Tucumán nomás, unos 170 kilómetros por la ruta 9, serían necesarios, sin reventar los matungos, o cambiando en el camino, a la manera de las postas antiguas, dos días y medio, pongalé tres. En un día llegar hasta cerca de Las Termas de Río Hondo, el segundo hacer noche en el arroyo Mista y el tercero a Tucumán, siempre que el cuerpo aguante, ¿no?, porque es duro tanto trajín, como le dirá cualquiera que sepa de caballos. Ah