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Mostrando las entradas etiquetadas como Verano

ESPECTROS El terremoto del fin del mundo

Imagen como ilustración nomás "Esa noche la abuela se quedó despierta en el sillón hamaca que había sido del bisabuelo, tejiendo agarraderas a crochet" En recuerdo de mi mamá, que hoy cumpliría hoy 88 años. Fue el último verano que pasamos en la casa grande con la abuela, los primos, los tíos, los sobrinos, los novios de las chicas, las nueras, los yernos, todos. El temblor fue a la noche y por eso no pudimos disfrutarlo bien, pero luego nos entusiasmamos porque en la radio decían que dos días después siempre venía la réplica, es decir otro temblor igual o peor. Ella fue la más encantada con la noticia. La noche que supuestamente tocaba el terremoto, dejó baldes y lavatorios en todas partes para que viéramos cómo tiritaba el agua, repartió velas y fósforos por si cortaban la luz, desparramó fuentes y ollas haciendo equilibrio sobre las mesas para sentirlo cuando llegara y antes de que nos sentáramos a comer anunció que esa la última cena porque se venía el fin del mundo. —Per

LITERATURA El sillón de febrero, el grillo, el alba y los ceibos

Luis Landriscina “Uno del montón que escribe más o menos lo que se espera de él, ni muy muy ni tan tan” (Al Nene Pons). “En el sillón de febrero se está hamacando el verano”, dice Luis Landriscina en su poema “Por tantearlo, nada más” y uno se queda pensando en esos dos octosílabos. Capaz que ya se han hecho graves estudios para averiguar qué tenía en la cabeza el vate y cuentista chaqueño cuando escribió esos versos. Digamos lo mismo de Atahualpa Yupanqui al cantar “un grillo feliz llenaba su canto de azul y enero”. Decir eso es embramar con cuatro vueltas de lazo una metáfora y ponerle palabras sencillas, que entienden todos. Y viene la santiagueña (no bandeña), María Adela Agudo y al poema “Para tu voz” lo comienza con “Entre el alba y los ceibos amo tu voz interminable; resalada, resinosa, de elemental aroma”. Y parece que sus palabras se deslizan por la garganta, cascadas de letras diciendo lo indecible en unas pocas letras. Casi siempre cuando me dicen escritor, tengo miedo de

PRONÓSTICO El infierno tan temido

El recorte Están divididos los metereólogos, unos dicen que p odría llover esta tarde, otros no  El Servicio Meteorológico sigue afirmando que hoy a la tarde van a caer, aunque sea unas cuantas gotas locas en la capital de los santiagueños. Para Meteored, en cambio, no lloverá. La temperatura mínima estará en 25 o 30 grados centígrados y la máxima llegará a 42 o 44 grados, según cuál sea la fuente consultada. El viento soplará del norte a una velocidad que irá de 7 a 22 kilómetros por hora. Es probable que esta madrugada, a la hora que se publica este artículo haya algunas ráfagas del noreste a 52 kilómetros por hora. Recemos porque haya un alivio, si es que cae algo de agüita. Extendido. El domingo el calor será más o menos el mismo que el sábado y el lunes es posible que baje un poco la temperatura. La lluvia que venía pronosticando Meteored para el lunes, martes y miércoles, ahora la tiene programada solamente el martes. Podría bajar un poco la temperatura el miércoles y el jueves.

PRONÓSTICO Lluvias todo el día

Esquina que  el tiempo viene modificando de a poco Habrá tormentas y chaparrones  para todos los gustos  Si no se equivocan los pronosticadores del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y Meteored, hoy lloverá de la mañana a la noche en la Madre de Ciudades, casi sin solución de continuidad. Habrá tormentas aisladas, tormentas fuertes y chaparrones, bajo un cielo que, lógicamente, permanecerá encapotado durante todo el día. La temperatura mínima será de 22 o 23 grados centígrados y la máxima andará por los 32 o 34 grados. El viento vendrá del este o del sureste y correrá a una velocidad que irá de 7 a 59 kilómetros por hora. Extendido. Es posible que el jueves siga lloviendo en Santiago del Estero, pero solamente a la madrugada y a la mañana. Y el resto de la semana, incluida la Nochebuena y la Navidad, el calor no dará respiro , aunque ningún día tiene previsto que el termómetro marque los temidos 40 grados. A prepararse, entonces para festejar la llegada del Niño Dios con sandía y m