Fotografía de Jorge Emir Llugdar “Al tiempo de tener la radio, el tío Raúl se sabía de memoria los nombres de los locutores y los reconocía por la voz” La primera vez que mi tío Raúl supo la llegada del hombre a la luna, fue porque yo se lo dije. Una semana después del 20 de julio del 69, estaba de vacaciones en el pago, me animé y le di la noticia. "Ve po vos si será tonto éste, me dijo, ¿vos le crees a los diarios? Bueno vete sabiendo lo que te voy a decir, son macanas", me largó. Por supuesto que no permitió que siguiera hablando del asunto. Raúl era hermano de mi padre, el más grande de los seis. Vuelta a vuelta tenía problemas con la policía porque era uno de los cuatreros más conocidos del pago. Una vez lo convidaron a enlazar en la casa de los Santillán, mi tío Raúl erraba todos los tiros. Cuando las burlas subieron de tono, el hombre se ató un pañuelo en los ojos, y ciego, animal que pasaba, animal que pialaba. Como buen cuatrero, solamente sabía enlazar en la oscurid
Cuaderno de notas de Santiago del Estero