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Mostrando las entradas etiquetadas como Ruido

FINDEAÑO Cohetes buenos y cohetes malos

Los chicos juegan con inocentes fuegos artificiales Puede haber pirotecnia que daña el oído de los perros y otras mascotas y otra que hace bien, todo depende amigos Como todos los años, para estas fiestas empiezan a salir los amantes de las mascotas advirtiendo que el estruendo de los cohetes les hace mal. Mucha gente se hizo eco de este consejo y dejó de tirar cohetes que hacen ruido, se volcó a las inocentes estrellitas, a los pacíficos y bellos globos aerostáticos, a las cañitas voladoras, los famosos volcanes, las mágicas ruedas giratorias. O directamente usó ese dinero para comprar más pan dulce, turrones, sánguches de miga. Los perros y gatos tienen una capacidad auditiva mucho más aguda que la de la gente. Perciben frecuencias y sonidos de mayor intensidad, por lo que los ruidos fuertes como los de los fuegos artificiales pueden resultarles extremadamente molestos. Los estallidos repentinos y estrepitosos generan miedo en muchos animales, que no comprenden el origen ni el motivo...

PENSAMIENTOS Ah, la música

Constancia del ruido Apuntes descentrados sobre el significado y el significante del ruido constante sin el que pocos pueden vivir La característica más saliente del mundo moderno es el ruido. No solamente el de los autos, los camiones, los trenes o las máquinas. El peor es el que produce el hombre para evitar el silencio. El silencio aburre, molesta y cansa. Por eso en todas partes debe haber un ruido a mano. Cualquiera es bueno, rap, reggaetón, cumbia, chamamerengue, corrido mejicano, tarantela, lo que venga. Se camina con auriculares puestos. El aislamiento, no mirar a los demás, olvidarse del prójimo es la consigna. Muchos creen que oyen la radio, pero si le preguntan qué ha dicho, no sabe. No importa, la cuestión es andar con el aparato a cuestas. Viva el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido, el ruido. El ruido hace olvidar que allá afuera hay un mundo y es cruel....

CUENTO La lotería del viudo

Cementerio de La Guanaca, Jiménez, foto de archivo “Los otros andaban casa por casa, entropados, diciendo que harían caminos, puentes, un nuevo edificio para el hospital, pavimento para las calles, fábricas de esto y aquello” Cada vez que ganaban una elección hacían una caravana de autos por el pueblo, atronando con las bocinas. Adelante, la camioneta del comunal y por detrás, los vehículos de los compañeros. No importaba si en la provincia o en la Argentina habían perdido como en la guerra, tampoco si habían ganado raspando, por media docena de votos o habían sacado veinte cuerpos de ventaja. “Ganar es ganar”, decían. Fue así durante mucho tiempo. Acuerdesé de que cada dos años hay elecciones para diputados y senadores nacionales, cada cuatro para comisionado, gobernador y Presidente de la Nación. Festejaban todas con caravana, llueva o truene. La contra se quedaba, mascando bronca y los chicos bochincheros más algunos grandes salían a ver y a saludar desde la puerta de la casa. Cuan...

ETIMOLOGÍA Por qué la zona casi siempre está al pedo

El Ecuador marcado Hay palabras que se usan de comodín, sin saber qué significan: es preferible callarlas ¿Cuánto mide una zona?, ¿es más larga que ancha, más ancha que larga, redonda o  cuadrada?, ¿hay alguna ley que determine dónde termina una y empieza la siguiente? La verdad es que la palabra “zona”, es aire en el aire de las conversaciones, una palabra totalmente al pedo, vea. Usted dirá que existe, que está en el diccionario y por lo tanto si alguien la usa no rompe ninguna regla del idioma. Le responderé que todo depende. Porque la mayoría de las veces es posible obviarla y todos seguirán entendiendo qué está diciendo. Repito, casi siempre pronunciar “zona” es llenar el tiempo con un ruido. Veamos por qué. “Zona” viene del griego “zoin”, que es faja, lista, vincha. Cuando pasa al latín, la palabra designa una franja de espacio del Cielo o de la Tierra, pero a la manera de un cinturón. Por eso se llama “zona ecuatorial” y por extensión, los trabajadores ferroviarios llaman...