Jardinera con verdura en El Bobadal Algo en el aire nos venía diciendo que aquel mundo conocido estaba por terminarse Un insignificante aleteo negro agitó el pago, en aquel impreciso 1970 o por ahí cerquita, cuando llegó la televisión. En apariencia poco cambió, todo seguía más o menos como había venido siendo, solo que en el portaequipaje de los sulkys que iban a la villa, los paisanos acarreaban una batería para que se la carguen, así sus mujeres no se perdían la novela. La rueda de mate se había convertido en un semicírculo a la vuelta del aparato, todos iluminados con los fulgores que venían de la ciudad y sus perros. Pero los caminos eran los mismos, las casas quedaban en el mismo lugar, los cercos, los corrales, los potreros seguían estando en su estar siendo como había sido enantes, mucha gente iba a la cosecha de caña en Tucumán y en enero a la uva en La Rioja. Y nosotros no dejábamos por eso de ser lo que éramos nomás, al menor por el momento. Las hojas de las plantas estaban
Cuaderno de notas de Santiago del Estero