Jorge Rosenberg Sus palabras iban de atrás para adelante, pintando un tiempo irrepetible de Santiago Acaba de morir Jorge Eduardo Rosenberg y lo que sigue es un apunte escrito a vuelapluma, transido todavía por la emoción de saber que Santiago ha de ser otro a partir de ahora, sin sus sentidos para mirarnos como sólo él sabía hacerlo. Si Dios sabe de literatura, y es más que seguro que sabe, seguramente lo ha de llevar consigo, por más pecados que haya tenido, porque, una de las maneras de llegar al Cielo, debe ser también por la belleza que uno es capaz de crear, si no, no se explica. Era poeta, pero acostó sus letras y comenzó a escribir de derecha a izquierda, como los judíos (como el judío que era), pues sus letras siempre comenzaban por la última página y se reescribían en otra época que nunca nos alcanzaría lo suficiente como para convertirse en presente. Sus palabras iban de atrás para adelante, como quien dice. Cualquiera, llegado a una edad, redacta historias sobre el tiempo q
Cuaderno de notas de Santiago del Estero