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Mostrando las entradas etiquetadas como Sola

CACERÍA Un solo dentre (con vídeo)

Chancho (pecarí) en el camino Aguaita a un chancho del monte mientras espera a la morocha antes de subir a su casa, un hombre ante su última oportunidad A veces se imagina como un campesino: ha perdido su trabajo de tractorista en una finca sembrada de soja. Vive en el mismo lugar que habitaron sus padres y sus abuelos. Morirá en este rincón perdido de Santiago del Estero y lo sabe. Ya no le molesta la suerte perra. Le molesta que en su casa falte azúcar, yerba, arroz, fideo, zapatillas para los chicos. Y, sobre todo, carne, una sabiduría en la sangre le avisa que la proteína es fundamental en la dieta. Descuelga la escopeta del gancho detrás de la puerta. Busca el último cartucho de la casa. Se larga al bosque cercano a ver qué caza. Vive en una provincia que, muchas veces —más de las que quisiera—, se ha convertido en un lugar de pobres corazones solitarios. El edificio es lindo. Se terminó de construir hace poco, en pleno centro de la ciudad. Sube por las escaleras a su casa, en el...

CUENTO No sos vos, soy yo

Solitario Qué pasa cuando uno advierte que le están por dar el adiós en una relación: sabe lo que viene y de alguna manera se aferra, aunque sea a un leve desquite anticipado Me citó en un barcito a la vuelta de su casa y me sonó raro. “Venite a casa, conversamos tranquilos, no hay nadie y capaz que pasa otra cosa”, le respondí. Me paró en seco: “En el barcito a la vuelta de casa”. No insistí, aunque algo me hizo ruido en el fondo del corazón. Recordaba ese mismo tonito de un amor anterior que, después de anunciarme que lo nuestro no iba más porque no teníamos futuro, me dijo las fatídicas palabras: “Necesito un tiempo para estar sola”, “no sos vos, soy yo”, “quiero estar segura”, “ya vas a encontrar a otra que te merezca más que yo”, “me vas a olvidar rápido”. Esta vez iba a ir preparado, no me hallaría sin perros. A veces creo que las mujeres toman la decisión de dejarnos con mucha anticipación. Algunas no todas, un día cualquiera de un año antes de dar un cierre definitivo a la rela...

ORDEN Grandes, chicos y principios

Las gallinas por dormir, imagen tomada por Jorge Emir Llugdar Después de comer, los chicos íbamos a jugar, a bañarnos en la represa, hondear bumbunas, jugar a las escondidas, pero lejos de la casa Cuando llegábamos de visita a una casa, si era cerca del mediodía, siempre nos hacían quedar a comer. En el pago, todavía hoy queda mal que usted esté de visita cerca del mediodía, le pidan pasar a la mesa y diga que no. Cuando íbamos con mi padre a lo de unos parientes, una vez al año, siempre nos convidaban. Cualquier parte era lejos para ir, si usted decía que no, en realidad estaba indicando que prefería volver con hambre antes que almorzar ahí, todo un desprecio. No le voy a decir si está bien o está mal, pero en esas ocasiones comíamos sólo los varones en una mesa, desde chicos de primer grado hasta el viejo la casa. Las mujeres almorzaban allá, en otra parte. El primer plato era una carne asada, generalmente cabrito o costillas de animal vacuno, después venía la sopa bien puchereada, e...