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Mostrando las entradas etiquetadas como Rubia

CUENTO Drácula se manda a mudar

Imagen de ilustración, no vaya a creer Una noche como tantas en un bar, con una mujer que llega del pasado y un tipo que intenta conquistar una rubia “No me dejes, mis amigas se van a desocupar más tarde, no quiero estar sola aquí, a est hora no voy a conseguir más puntos”. Pensé que ese bar no era mal lugar para quedarse un rato más, y que a las mujeres no les gusta ser abandonadas por un hombre en medio de la noche, menos a la vista del resto del mundo, aunque a esa hora, sólo había tres mesas ocupadas para servir de testigos. Poco me importaba su orgullo de gacela herida. De todas maneras, me quedé. Ella tomaba una de esas bebidas mezcladas que tanto les gustan a las mujeres. Hacía rato que mi ginebra se había acabado, por lo que, vaso en mano, jugaba con los hielos remanentes, buscando un poco de sabor a enebro del fondo del glaciar. En otra mesa, una rubia coqueteaba con un tipo de anteojos. Pensaba “¿serán novios, él estará casado con otra, ella tendrá un marido aguaitándola en c...

CUENTO El hombre pulcro

Rubia “Los últimos tiempos había ido cambiando el enfoque, al darse cuenta de que la pesca era cada vez más cómoda” Era un hombre pulcro, en el mismo sentido del diccionario, es decir cuidadoso, delicado, escrupuloso y, si hubiera vivido hasta hoy le habría encantado la palaba —pulcro, justamente— que hallé para describirlo. Su vida, según contó alguna vez, era un orden inmaculado, en su casa, en su trabajo, en la calle, cada cosa debía tener su lugar y cada lugar era para cada cosa, salvo por una sola excepción que mostraba su desamor por las mujeres cuando lo desilusionaban o por todas en general, como se verá al final. Un día, cuando la soltería lo apuraba, decidió que ya no buscaría un amor para toda la vida, se conformaría con los quereres líquidos que florecen en los modernos templos de las bebidas espirituosas y el olor a orina invadiendo el ambiente, las cervecerías. A pesar de estar algo entrado en años para esos trotes, llevaba muy bien su cincuentena, rigurosa gimnasia media...