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Mostrando las entradas etiquetadas como Tentación

RELIGIÓN El Diablo existe

"El diablo cojuelo, Aparició", de Leonardo Alenza Quienes niegan la existencia del Malo, pretenden destruir la unidad de la Iglesia Católica, peor si lo hacen desde adentro de ella Lo primero que hace el Bicho —primerito —es prometerle que cuando usted muera le dará su alma. Embromado, che. Porque le quedan unos cuantos años todavía, en los que seguramente tendrá fama, dinero, diversión, viajes, lujos, yates, autos caros, casas con todo lo que deben tener. Que es lo que más les importa a muchos. Pero después, cuando crepe, habrá tormentos sin fin. Ahí lo quiero ver. Hay quienes sostienen que se debe evaluar bien el asunto. Dicen que no existe otro mundo, que cuando se mueran se van a morir nomás, como las hormigas, las ballenas, los piojos, los monitos tití, el cine Petit Palais. Si es así no vale la pena andar con pruritos, total, vida hay una sola, métale para adelante y agarre viaje. Pero otros creen que sí hay un Paraíso para los que pecan y se arrepienten, un Infierno pa

CUARESMA El Malo andaba en el asado

Asado Cómo hacía el Diablo para visitarnos cada Viernes Santo de la infancia, en un pago perdido al que nos llevaba mi madre esos días El Diablo nos visitaba los Viernes Santos de la infancia, andaba suelto en el patio de piso de ladrillos, de aquella casa que se ríe joven en el recuerdo. Tenía la forma del humo que salía de la cocina del fuego, con aroma a asado, el ruidito de la carne crepitando, los chorizos hirviendo en su propia grasa, los chunchulis que había sido puestos con anticipación, para que se fueran haciendo despacito. No era él quien hablaba, era el Diablo el que nos decía: “Vení, comé, no te va a pasar nada”. Éramos chicos, imagínese, el menor tenía cuatro o cinco años y yo, el mayor, andaba por los trece o catorce. Nos ponía a prueba, nos mostraba el camino. En el fondo, pienso que mi tío se habría desilusionado si le hubiéramos aceptado. Quizás lo hacía inocentemente, como una burla a la hermana que seguía creyendo. En el aire flotaba una promesa, si uno come, todos

PECADO El adulterio y las piedras

Un pecado perdonado Un cardenal, desde Roma, quiere modificar de un plumazo las enseñanzas evangélicas con argumentos infantiles Una vez que Jesús estaba enseñando en el templo, llegaron los escribas y fariseos llevándole una mujer sorprendida en adulterio. La pusieron en medio y le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”. Se creían pícaros los ñatos y le plantearon el asunto para tentarlo, y tener después de qué acusarlo. Jesús, se inclinó y se puso a escribir con el dedo en la tierra, como si no les prestara atención. Pero ellos insistían, dale y dale. Entonces se puso de pie y les dijo: “Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Y volvió a escribir en la tierra. Pero los otros, cuando oyeron estas palabras se fueron yendo uno detrás del otro, primero los más viejos. Hasta que quedó Jesús solo con la mujer. Se volvió a incorporar y le dijo: “Mujer, ¿