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Mostrando las entradas etiquetadas como Tonada

TUCUMÁN Se me hace que no he´i volver

Plaza Independencia Apena el regreso a lo que otrora fue el Jardín de la República A los tucumanos de la histórica, extensa y ancha diáspora que ha tenido la provincia, por un lado nos alegra volver de vez en cuando, sobre todo porque nos hallaremos entre los parientes, los amigos, la tonada que tanto se extraña en otros pagos, la vista de los cerros azules y el latido de una ciudad extraña y remotamente propia, pariente lejana, digamos. Pero también nos duele porque a la vuelta del año, en el regreso de tanto en tanto, siempre la hallamos más sucia, más descuidada, más avejentada, mohosa. Y no es que uno esté llegando del Canadá, Bélgica, Japón, Alemania, sino de la vecina provincia de Santiago del Estero, aquicito nomás. En Santiago muchas veces nos quejamos por el desorden del tránsito, bueno, comparado con Tucumán, haga de cuenta que vivimos en un cantón suizo, con montes nevados, molinos de aspas anchas y vacas lecheras pastando en un verde prado. Entre los ñañitas, cruzar una cal

COLOR LOCAL El turistaje prefiere el patio de tierra

El patio del Indio Froilán “Las chacareras son las mismas que evocan el pago perdido de antaño, las cabras corriendo al corral por las tardes” Pocas veces he ido al patio de Froilán González. Entiendo el sentido que tiene bailar descalzo o ver cómo los otros bailan sin los zapatos puestos, algo que debe ser emocionante para un turista. Casi como ver a un indio preparando su arco y su flecha para cazar una corzuela o, mejor todavía, saliendo con él a ver cómo la mata. Me imagino lo que debe ser para un hijo o nieto de santiagueños, que aprendió a bailar criollas en Berazategui, Caballito, Bernal, La Matanza, venir a Santiago, sentarse en un asiento de troncos y que un conjunto se largue cantando las mismas chacareras que viene sintiendo desde hace tiempo en su academia. Pero en el pago, en un patio sombreado por algarrobos, un canal pasando al costado, la tonada de sus hermanos resonando por todos lados. Y de yapa, como el suelo está bien regado, que las chicas se larguen a bailar desca