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Mostrando las entradas etiquetadas como Supresión

VALENTÍN Ni santo ni católico

Valentín La Iglesia, después del Concilio Vaticano II, decidió excluir de la lista al patrono de los enamorados; los católicos no tienen qué festejar San Valentín no fue ni santo ni católico. Mejor dicho, sí fue, pero ya no es. Oiga ¿cómo dice? Bueno, después del Concilio Vaticano II, se comprobó que supuestamente mucha gente veneraba el recuerdo de santos cuya existencia no estaba debidamente comprobada. Entre ellos figuraban Santa Bárbara, Santa Verónica, San Cristóbal, Santa Úrsula, el popularísimo San Jorge y San Valentín, el de los bombones, los regalitos y el amor. Pero hubo más, fueron 33 los “desantificados”, por llamarlos de alguna manera o “tumbados de los altares”. La mayoría eran muy populares en la Iglesia Oriental, y casi todos nacidos en lo que hoy es Turquía. ¿Qué dijo la Iglesia en ese momento? Bueno, su existencia no estaba debidamente comprobada, lo mismo que su santidad, había más de una biografía, digamos oficial, para muchos de ellos y algunas eran difusas o direc

1822 CALENDARIO NACIONAL Órdenes

Bernardino Rivadavia El 21 de diciembre de 1822 Bernardino Rivadavia suprime las órdenes religiosas, pues veía en ellas un peligro para sus ideas liberales El 21 de  diciembre de 1822 Bernardino Rivadavia suprimió las órdenes religiosas, pues veía en ellas un peligro para sus ideas liberales. La historia dice que el 5 de febrero de 1821 había arribado a Buenos Aires el viajero inglés Alexander Caldcleugh, que en 1825 publicó en Londres un libro de memorias y observaciones sobre sus viajes por América del Sud. Allí dice: “Un asunto que ha merecido mucha atención a Rivadavia es la situación de la Iglesia y su disciplina. Es bien sabido que durante la dominación española en América del Sud, la Iglesia y las órdenes monásticas poseían inmensas propiedades. El rey era jefe de la Iglesia, y tal potestad le había sido delegada por el Papa en la época de la conquista. Como consecuencia, correspondían al tesoro real los diezmos y otros recursos eclesiásticos que el Rey en España no podía reclam