Fresco y batata De qué se trata el último plato más característico de los argentinos, el que viene rodando en la mesa desde los abuelos y pasará hasta los bisnietos y más allá también El queso y dulce, también llamado fresco y batata o postre vigilante viene rodando en la mesa de los argentinos desde los abuelos o quizás antes, y es una costumbre que pasará a los nietos, bisnietos y más allá también, siempre y cuando no llegue la Parusía. Nada del otro mundo, dos rodajas de queso, una de dulce de batata en un plato, como sanguche, que será queso/batata/queso, y ¡vualá!, listo el manjar que enamora a grandes y chicos y no tiene competencia en la mesa de este bendito país. En algunos lugares prefieren el dulce de membrillo: variante que bien vale la pena probar. Lo mejor es que dice presente en todas las clases sociales, se come en la mesa del rico, en la del pobre y sobre todo en la extendida clase media, de la cual todos nos consideramos tributarios, aunque los economistas insistan en
Cuaderno de notas de Santiago del Estero