Mancarrón flaco Por qué debes pedir a los dioses, si vuelves a la vida después de la muerte, que no sea como un jamelgo de alquiler De todos los animales en que podrías reencarnar cuando te mueras, Dios te libre de ser caballo de alquiler de villa turística. Preferí ser hormiga cargadora de hojitas grandes como una casa, zángano gordo y lascivo condenado a la frustración, humilde yak carguero del Himalaya, perro callejero feo, pulguiento, corrido a cascotazos por los changos, paloma urpila con destino de hondazo atroz, tigre de circo condenado a repetir la misma gracia función tras función para niños gritones, piojo hendido por el rayo de las uñas feroces de una madre prolija, gato castrado de vieja maniática, cualquier cosa que te traiga el destino. Pero pedí no reencarnar, por favor, en un caballo destinado a un gringuito que se las quiere tirar del Zorro. —Oiga, don, ¿es fácil manejar el caballo? —Sí, amigo, si quiere doblar para allá, haga para ese lado las riendas, lo mismo si qui
Cuaderno de notas de Santiago del Estero