Antiguo canillita Hacia dónde va un oficio que antaño se creía indispensable para la vida y hoy ha perdido influencia en la sociedad Hubo un tiempo en que los periodistas nos creíamos seres superiores, recién llegados del espacio estratosférico. Sabíamos qué era lo que les interesaba a los lectores, oyentes, televidentes, qué debía ir en la portada, qué se ponía en las páginas pares, qué en las impares, y qué se reservaba para la contraportada. Todos debían confiar en que les mostraríamos lo que les importaba, pues habíamos sido debidamente formados, para eso éramos léidos y escribidos, por lo menos más que la mitad de ellos. Las noticias de política se conseguían en la Legislatura y en la Casa de Gobierno, unos y otros, diputados y funcionarios contaban por qué había sucedido lo que había sucedido y avisaban cuáles eran las claves de lo que estaba por venir. Lo que sucedía en la ciudad estaba en el Concejo Deliberante y en la Municipalidad, oiga, dónde más. Ahí se tomaba el pulso diar
Cuaderno de notas de Santiago del Estero