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Mostrando las entradas etiquetadas como Risas

MADRUGADA Rito en la penumbra

Madrugador Un mate que susurra en la noche, tejiendo soledades y verdades en el silencio de las horas que no duermen No es el mate de las ocho, compañero de tostadas crujientes, ni el que pasa de mano en mano entre risas y migas de bizcochitos. El de la madrugada es de otra estirpe, susurro en la quietud, secreto que no se comparte. No obedece al reloj ni a la costumbre; surge como un destello, es un faro para el que navega en la noche. Cuando la casa duerme y la ciudad apenas respira, alguien se levanta, enciende el fuego y escucha el murmullo de la pava, un canto antiguo que conoce de memoria. Este mate no se apura. No se ofrece, no espera compañía. Medita, que abraza al insomne, al que lee hasta que las palabras le queman los ojos, al que hurga en fotos viejas o garabatea ideas que se resisten a ser atrapadas. Lo ceba quien llora en silencio, quien ríe en su interior o quien simplemente mira la noche, buscando algo que no nombra. Es una ceremonia sin reglas escritas, pero con su pro...

CUARESMA Tentado por el Diablo

Las imágenes se cubrían con un velo morado Lo que no se podía hacer antes porque era un tiempo de penitencia, oración, rezos, reflexión y arrepentimiento En esos tiempos nos preparábamos, de chicos, para algo terrible, íbamos a matar a Nuestro Señor Jesucristo el Viernes Santo, mientras recordábamos los 40 días que pasó en el desierto siendo tentado por el Diablo. Capaz que no sea una definición exacta de la Cuaresma, pero en eso creíamos. Debíamos hacer un sacrificio por día, además de comer menos, no podíamos cantar ni tocar ni oir música y, en lo posible, tampoco reírnos. El Diablo había tentado a Nuestro Señor Jesucristo con los reinos del mundo, su pompa, su boato, la admiración de las multitudes, quizás también mujeres, pensábamos nosotros, que éramos chicos. Y se la había bancado. A nosotros nos pedían solamente un pequeño sacrificio por día y no comer postre pongalé. No era mucho en comparación, pero costaba. Las madres repetían que, si no nos gustaba el dulce de membrillo, dej...

PENSAMIENTOS “Coó”, una creación colectiva

Coó el Guarachero La tesis de este brevísimo ensayo es que entre todos posibilitamos la existencia y desarrollo de un personaje de la ciudad que tiene un problema “Coó”, el Guarachero, es una creación colectiva santiagueña. No es un personaje de la ciudad como otros, que lo son por su atuendo, su físico u otras características salientes. Él pedía el reconocimiento público, que lo miren, se le rían, lo aplaudan, lo tengan en cuenta. Le falta un tornillo, para decirlo en palabras simples y sin entrar en psicologismos vanos. Debiera haber sido tratado hace por lo menos unos 30 años, cuando recién salía a la calle, se ponía a cantar y la gente se preguntaba: “¿Y a este qué bicho lo ha picado?”. Paulino, otro pintoresco personaje ciudadano, tiene sus días y sus cosas también, pero en general no se mete con nadie, pide plata, no le dan, putea un poco y se manda a mudar, no se cree una estrella de la música tropical ni nada, es solamente Paulino. En el pasado hubo más: se crearon una máscara,...