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PEDIDO Usted no puede publicar, yo sí

Un sitio sin colaboradores Por qué se les niega aquí a los lectores publicar sus notas y por qué tienen libertad absoluta para dar a conocer sus comentarios Varios lectores han pedido que acceda a que los lectores publiquen en este blog sus notas, artículos, entrevistas, opiniones, editoriales, reportajes, cartas. A todos les he dado la misma respuesta: no. Algunos me han preguntado por qué y en pocas líneas quizás les he respondido de una forma que puede interpretarse que fue, como se dice, de mala manera. Por eso ahora les escribo públicamente para ofrecer mis razones. La primera es que este diario íntimo a cielo abierto me está llevando la vida y el alma, todos los días, dejo los bofes en cada nota, las pienso, las leo, las releo, las corrijo y las vuelvo a corregir (aunque aun así no salgan muy bien). ¿Son artículos con mis particulares ideas sobre cada tema? Y sí, amigo, no voy a publicar lo que piensan los demás, primero porque no lo sé y segundo porque sé que siempre habrá mucho

PUBLICIDAD Desde el comienzo del día

Efectiva publicidad Es una de las más pegadizas de todas las que andan circulando, no hay con qué darle, pero por qué es un ejemplo de lo que no se debe hacer Una de las publicidades argentinas más efectivas tiene unos versitos medio mal hechitos y una música pegadiza y —vamos a decirlo —ultra pedorra: “Mate, café // harina y palmitos, // yerba, mermelada, // cacao, picadillo, // paté, caballa, // arroz y arvejas, // sardinas y atún, choclo y lentejas… // Marolio le da sabor a tu vida, // Marolio esta desde el comienzo del día” . Cuente bien, son 16 productos y el cantito dura algo más de medio minuto, nada más. Y no diga que nunca oyó la musiquita, porque nadie le va a creer. Oiga, dicen que es una verdadera tontería. En las escuelas y universidades de mercadeo (que en inglés es ´márketing´) circula como ejemplo de lo que no se debe hacer en una publicidad de comestibles. Sin embargo, es una de las más reconocidas por las amas de casa, los hijos, el marido, la abuela, el tío, el padri