Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Vea

POLÍTICA Por quién votar en la próxima elección: consejos

Hagan su juego, señores Como quien hace su aporte, esta página hace el suyo para el debate presidencial del año que viene Un buen día le piden que sea capo máximo del supermercado Vea o del Hiper Libertad, pongalé. Usted acepta, le han dado poder de decisión, entonces llama a uno o dos amigos que, como tuvieron un almacén algo saben, pone un nuevo contador, y listo. Hará pocos cambios, quizás llame más productores locales a exponer sus cosas o publicite de otra manera las ofertas o agrande las góndolas un cachito. Detalles. Suponga que en vez de Vea, le ofrecen el maxi quiosco de la esquina de su casa. Está hecho un despelote, sólo el dueño encuentra las galletitas, hay cucarachas por todas partes, la heladera pierde agua y para peor, está debiendo un año y medio de alquileres y un fangote a los proveedores. Es obvio que en este caso debe ofrecer alternativas drásticas para sacar adelante el boliche. En una de esas, por un tiempo, no le convenga vender gaseosas, o deba abrir toda la n

COMERCIO Y en aquel rincón, ¡los clientes!

Frutas  y verduras Dicho lo dicho en la nota de ayer, digamos que los consumidores también tienen sus armas para enfrentar el abuso en los precios Cuando íbamos al mercado de abasto, mi madre siempre regateaba todo, desde medio kilo de pimientos hasta la bolsa de papas. A veces estaba un buen rato pidiéndole una rebaja al verdulero, yo veía que venía otra gente, compraba, se iba, y ella seguía. Hasta que conseguía el 10 por ciento de descuento que pedía. Pasaba frente a los zapalleros y me decía en voz bien alta: “A ese no le compro zapallitos verdes porque te asalta”. El tipo la oía y no decía nada. Me daba vergüenza, por supuesto. Yo quería que compre como alguien normal, le dicen el precio y si le alcanza, lo paga y si no, se marcha. Pero insistía: “Usted me dice que tengo que comprar tres bolsas de mandarina para que me haga una rebaja, pero se me van a podrir”, seguía exigiendo. Una vez le pregunté por qué pedía rebajas que a veces eran ínfimas. Me miró y me dijo solamente tres pa