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OBITUARIO Carlos Verón

El Bobadal, en una fotografía tomada de Google Un recuerdo para un primo que he querido mucho y que murió este año después de un tiempo en un sanatorio Lo he querido mucho a mi primo Carlos Verón, hijo de María Juárez, que a su vez era hija de mi abuelo Emiliano. Tipo simpático, querible, de sonrisa franca y manos siempre abiertas para ayudar a los vecinos, vivió siempre en El Bobadal, departamento Jiménez, Santiago del Estero. Era el chofer de la ambulancia del hospital, el que traía los enfermos a Santiago o los llevaba a Tucumán. Ya he contado otra vez cómo nos conocimos. Era, de entre todos los nietos de mi abuelo, el que, en su juventud más se le parecía. Usted veía caminar a Carlos y ahí estaba mi abuelo. En eso eran igualitos. Mi abuelo nunca la reconoció a la tía María, que tenía la voz medio ronquilla de los Hernández, no sé, razones habrá tenido. La última vez que anduve en El Bobadal fue en Año Nuevo. Fuimos con mi familia el 31 y volvimos el primero de enero. Aproveché un r

TUCUMÁN Provincia medio chanfleada

Mapa de Santiago, se ve la casa del autor Los santiagueños no tienen una historia con ingenios azucareros, ni Palito ni la Bomba ni chancaca ni alfeñiques: una teoría sobre las diferencias con los ñañitas Fue hace tanto, que los santiagueños ya se olvidaron del todo y se quedaron sin una historia reciente hecha de ingenios azucareros, como Tucumán. El folklore, que nació, según dicen, en la década del 40 no nombra los carros cañeros en Santiago. Que eran los que iban a la cosecha: en invierno tiraban caña de azúcar en las fincas tucumanas y en verano seguían con su trabajo aquí en el pago, trayendo leña, postes y carbón a las balanzas. No hay en estos pagos una historia hecha a los machetazos, como los ñañitas tucumanos, aquí los cuentos de los padres y los abuelos tienen hacha en sus entrañas, quebracho, algarrobo, mistol, churqui. Hay poco machete por aquí, arma que no servía para horadar el bosque chaqueño que rodeaba a los santiagueños, y aunque parecía imposible, un día erradicaro