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Mostrando las entradas etiquetadas como Ranas

RELATO El canto perdido de la jefa de las ranas

Ilustración nomás A veces se cruzan historias de gallos rengos, mulas sanmartinianas y una filosofía de entrecasa que entra sin permiso —De todo lo que había en el pago, lo que más extraño es el canto de las ranas del verano después de la lluvia— dice Macario, acomodando su vaso sobre la mesa. Los otros lo miran, ya saben que viene una historia. Sea cierto o no, Macario siempre tiene un cuento para largar. —¿El canto de las ranas? —pregunta uno, incrédulo. —Sí, las ranas. Mirá, te voy a contar… Empieza con aquella vez, de chico, que con los hermanos y algún primo de visita decidieron pillar a la que llevaba la batuta. Los amigos, en ese bar de mala muerte debajo de la tribuna de Central Córdoba, se acomodan en las sillas y lo dejan hablar. Es que Macario ya antes les había largado cada cosa. De chicos hacían competencias a ver quién boleaba más gallinas, con boleadoras de marlo atadas con hilo sisal… El abuelo se enojó como nunca, porque le arruinaron, dejándolo rengo, un gallo de pele...

NEUTRINOS La branquia necesaria

Neutrino, digamos Algunas consultas que hacen los fieles lectores son difíciles de responder: aquí va la respuesta a una de ellas, esperando satisfacer su curiosidad Qué es la branquia fundamental, pregunta un atento lector de las notejas de este sitio perdido de internet. Después de mucho pensar, se halló una explicación para neófitos. La porción más pequeña de materia es casi una abstracción, el “neutrino”. Para decirlo mejor, si un átomo de hierro tuviera la masa de un elefante de seis toneladas de peso, el neutrino sería un grano de sal. Pero, mire lo que son las cosas, por una de esas paradojas de la ciencia, si bien es una entelequia, al mismo tiempo no es una creación de la fecunda imaginación de un físico. De la misma manera que ya se sabe que el Dios de las Ranas no está en todas partes, sino que “es” todas partes, los neutrinos “son” la materia: usted, su casa, el peluche de su hija, el perro, el gato, su vecina y la pantalla que está mirando en este momento. O no. Le cuento ...