Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Sorpasso

CUENTO Sorpasso

Las Sorpasso “Se quedó sentadito, mirando para adelante, serio, reconcentrado, jugando con un lápiz entre las manos” Esta historia me la compartió el amigo Rodi Beltrán. Cualquiera creería que es típica de los tiempos de antes, cuando el mundo era joven, pero es muy posible que también ahora se repita, cambiando una coma por aquí, un punto por allá. La publiqué en un blog que tenía antes al que, de vez en cuando le saqueo un escrito para compartirlo —corregido y aumentado —en este sitio. Las más comunes eran las Flecha, después venían las Sorpasso, que salían como las Adidas con lucecitas de ahora. Eran de color azul o matecocido con leche y en la parte de abajo traían unas franjitas que daban más agarre al pie. También estaban los botines Sacachispas, más caros que no sé qué y pocos los tenían. Y los Quégolazo, que venían a ser unos Sacachispas para pobres, te los ponías dos veces y se hacían pomada. El Gordo cayó ese día a la escuela con unas Sorpasso azules nuevitas. En el recreo fu...

TERRITORIO Relatos matreros

Asuntos cotidianos Van 12 narraciones escritas hace mucho y publicadas en otra parte, para matizar un verano que viene caluroso allegro ma non troppo La raspa La tarde anterior, nos pedía que le juntáramos palitos secos, leñita, y que la apiláramos al lado de aquella hornalla que había mandado a hacer el abuelo en el patio, debajo de un gran olivo, de unos tarcos y una planta de granada. A la siesta, ese impreciso territorio, entre esa hornalla, la soga de tender la ropa y un gallinero viejo, era de los chicos, que jugábamos a los soldaditos o leíamos la revista D’Artagnán, Julio Verne o Emilio Salgari. A la mañana se levantaba temprano y hacía que uno de nosotros le llevara la leche, el azúcar y la paila de bronce que mi abuela o tal vez mi bisabuela o la madre la bisabuela había comprado a los gitanos. La recuerdo con un batón celeste y sus alpargatas blancas, toda la santa mañana, revolviendo, prohibiendo que nos acercáramos mucho porque, ya se sabe, si se lo desea mucho, se corta. ...