Ir al contenido principal

URBANIDAD Ah, la puntualidad

Un gesto para agradecer

Consejos para el hombre moderno: por qué no se debe llegar tarde a una cita y cómo debe llevarla adelante para su buen fin


Ah, la puntualidad. Ser puntual es la mejor manera de demostrar respeto al prójimo. Calcular lo que se demorará para llegar a tiempo y estar en el lugar que se acordó a la hora exacta de la cita, demuestra cortesía, educación y, sobre todo, un acatamiento a la primera ley de la urbanidad, que es cumplir con la palabra. Si el otro es un linyera, el Presidente de la Nación, un cliente, el último empleado de su empresa, un proveedor, no importa, nadie merece que lo hagan perder el tiempo.
Para ser puntual debe tener en cuenta de manera fundamental, cuánto se demora en ir desde donde está hasta el lugar de la cita. A buen paso, calcule que echará un poco más de dos minutos por cuadra, alcanza, pongalé tres minutos por si debe detenerse en un semáforo o cruzarse de vereda para evitar una obra en construcción o algo. Si debe bañarse y vestirse, calcule media hora antes de salir para afeitarse, ducharse, enjabonarse, echarse el champú, sacarse el jabón, secarse, peinarse, vestirse, calzarse los timbos y salir. Si demora más que eso, es usted toda una señorita, oiga.
Es fundamental no distraerse en el camino. Una ciudad con cerca de 400 mil habitantes no deja de ser pequeña, por lo que siempre cabe la posibilidad de toparse con un amigo en el trayecto. Deberá avisarle de manera cortés, pero firme: “Voy apurado a una cita importante, ¿quedamos para mañana a las 5 de la tarde?” Si el otro entiende la importancia de la puntualidad, no lo retendrá recordándole viejas anécdotas de la infancia, contándole el último chiste de la política o poniéndolo al día sobre las circunstancias de la muerte de un conocido en común. (Son esos pesados que cuentan todo con lujo de detalles: “Vos sabes que Carlitos tenía una molestia en el pecho desde el año 95, pero no se quería hacer atender por el médico hasta que lo tuvieron que operar, ¡cinco veces pasó por el quirófano!”, la primera…” y así durante tres horas).
En tiempos de teléfonos instantáneos y comunicaciones milimétricas, nada cuesta, si demorará por algo, enviar un mensaje escueto que diga: “Yendo”, y a continuación, “te pido perdón, pero estoy demorado”. El retraso deberá ser excepcional, digamos uno en la vida, dos cuanto mucho porque, ya se dijo, el hombre decente, formal, no hace esperar a nadie por llegar tarde a una reunión.
La puntualidad, como su nombre lo indica, tiene dos puntas o, por mejor llamarlos, extremos. Por un lado, está quien debe llegar a tiempo y del otro lado el que aguarda su arribo. Por caso, si alguien debe aguaitar a otra persona para pedirle prestado dinero, lo esperará más allá de lo que mandan las reglas de urbanidad y no le hará ningún reproche cuando finalmente se presente, aunque sea cuatro horas tarde. Pero, si alguien lo citó para un asunto que es de interés del otro, a los 30 segundos de pasada la hora de la cita, es lícito retirarse ofuscado por la pérdida de tiempo.
Esto vale tanto si usted es el presidente de una importante compañía naviera que opera en 130 países o un pobre empleado municipal, categoría 12, nombrado en la Dirección de Cementerio, adscripto a Inspección y Afines, de Rentas de la comuna.
Una vez que la cita se concreta, para usted no debe haber nada más importante que la otra persona. Si acordaron reunirse en un lugar para algo puntual, bueno, hágalo como si le fuera la vida en ello, ya sea pasarle una información confidencial, hablarle mal del socio, pedirle una rebaja en los tornillos, solicitarle una idea porque está por instalar un carro-bar o avisarle que la señora lo está haciendo bombín. Pero, hágalo rápido, no deje que el otro le pregunte para que lo citó. Es decir, salude, diga la fórmula mágica con la que siempre abren sus conversaciones los santiagueños: “Qué calor, amigo, no se puede vivir, si sigue así adónde vamos a ir a parar” y largue su motivo. “Te he pedido que vengamos aquí, porque no quiero que me vean conversando con alguien de la competencia, pero quiero abrirme de la empresa y necesito un consejo”. Clarito, directo al grano.
Si la cita es en horario de trabajo, se sobreentiende que no tiene mucho tiempo, así que no debe andar con rodeos ni medias tintas. Tampoco puede estar una hora chichoneando con una cháchara sobre el calor, la suba de los precios o las últimas chifladuras del Presidente. Vaya directo al grano, no dé muchas vueltas, no explique todos sus motivos, En todo caso, si hay tiempo, deje esas explicaciones para el final.
Si el otro es una persona muy ocupada y calculó, pongalé, que estaría media hora con usted, pero a los 10 minutos lo desocupó, se lo agradecerá eternamente. De todas maneras, no se necesita más que ese tiempo para exponer un drama, pedir que le cambien un cheque, avisar que no le prestará más el bulín. Si tiene que dar excusas para su planteo, use las más sinceras y no se enrede en mentiras que ni usted se cree. Y siempre cortito y al pie.
Con estas sencillas, pero sentidas palabras, se da por inaugurada la sección que podría llamarse “Cómo ser amable sin perder distinción” o “El buen comportamiento en la mesa indica la clase de crianza que recibió cada uno” o “No se saque los mocos en un sarao en el Consulado de Italia”. Ya se irá viendo, por el momento tenga esta crónica como la primera. Después se verá.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc5 de febrero de 2024, 8:15

    Buenísimo.

    ResponderEliminar
  2. Hablando de Carlitos y fue un Presidente más votado y querido que el apurado para creerse indómito, sabia decir con respecto a las horas " nadie muere en las visperas" por la biblia. Claro que el tiempo es tan rápido y moderno que no hay que usar eufemismos y decir lo que se piensa. Gracias por la puntual asistencia a desasnar

    ResponderEliminar
  3. Muy de acuerdo con tus reflexiones sobre la puntualidad, una mezcla de buena educación y respeto por el prójimo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

GENTILICIOS Cómo se les dice a los nacidos en Santiago

Santiago del Estero A continuación, una curiosidad, el nombre de todos los hermanos de América, cuyo origen es el mismo de los santiagueños (y una yapa africana más otra norteamericana al final) A Hebe Luz Para recordar que el mes que viene se celebrará la fiesta de Santiago Apóstol, va una lista de los gentilicios de todos los pueblos y ciudades de América que llevan su nombre. Esta lista solo menta las poblaciones con gentilicio documentado o establecido después de buscar en fuentes de internet, como Wikipedia y sitios gubernamentales. Argentina Los de *Santiago de Tucumán son tucumanos, los de Santiago del Estero son santiagueños. Bolivia Los de Santiago de Chiquitos son chiquitanos, los de Santiago de Huari son huareños, los de Santiago de Huata son huatenses, los de Santiago de Machaca son machaqueños, los de Santiago de Cotagaita son cotagaitenses, los de Santiago de Andamarca son andamarqueños, los de Santiago de Callapa son callapeños, los de Santiago de Huayllamarca son huayll...

MEMORIA La Banda no existe

La estación, imaginada por Jorge Llugdar Esa pretendida ciudad es solamente una creación colectiva de la imaginación de los santiagueños, sostenida en el tiempo y siempre activa La Banda no existe, es una creación imaginaria colectiva de los santiagueños que, en un esfuerzo inaudito de un espejismo colectivo, idearon un pueblo paralelo, con calles de nombres parecidos, casas, gente y hasta un ferrocarril propio. Algunas veces alguien que trabaja en un quiosco en Santiago, un médico, un gobernador, el empleado de un laboratorio de análisis, se proclama bandeño. Pero es sólo un chiste sobreentendido, eso lo saben todos. A muchos santiagueños les sucede que al cruzar el puente Carretero con un pariente o alguien de otra provincia, les dice: “Oye, ¿no era que había una ciudad aquí?”. Y hay que explicar de nuevo el asunto del establecimiento colectivo de una ciudad al otro lado del río, con una historia particular, leyendas, personalidades y hasta personajes populares. Algunos sostienen que...

1996 CALENDARIO NACIONAL Curutchet

Ricardo Curutchet El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Curutchet, abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Federico Curutchet Oromí. Fue abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas. Había nacido el 6 de marzo de 1917 en Buenos Aires. Fue hijo de una familia vinculada a la historia argentina, siendo tataranieto por vía materna de Cornelio Saavedra, figura clave en la Revolución de Mayo. Creció en un aumbiente que le permitió acceso a una educación sólida y a influencias culturales e históricas. Estudió en el Colegio del Salvador, en el que, desde joven mostró interés por el nacionalismo argentino. En 1933, apadrinado por Juan E. Carulla, fundó y dirigió la Acción Nacionalista de Estudiantes Secundarios, una agrupación que marcó su ingreso formal a la militancia nacionalista. Posteriormente, se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires, integrándose durante esos añ...

SUBVENCIONADA Activista simula masturbarse en un templo (con vídeo)

Simulando actos indebidos trepada al altar Ane Miren Hernández Unda burla la fe católica, simula actos obscenos en el altar y desata indignación con su provocación Este fin de semana, la activista vasca Ane Miren Hernández Unda, conocida como Ane Lindane, desató una fuerte controversia al protagonizar un acto de profanación en la iglesia católica de Saint-Laurent d’Arbérats, en la región de Soule, Francia. El incidente ocurrió durante el festival Euskal Herria Zuzenean, respaldado por instituciones locales que utilizó el templo, no desacralizado, como escenario para actividades que han generado indignación entre la comunidad cristiana. Hernández Unda, nacida en Barakaldo en 1988, es una figura habitual en medios como la radiotelevisión pública vasca ETB y en Canal Red, el proyecto mediático liderado por el dirigente político Pablo Iglesias. En un vídeo que la mujer difundió en intenert, se la observa subiendo al altar de la iglesia, profiriendo gritos blasfemos y simulando actos obscen...

MADRUGADA Rito en la penumbra

Madrugador Un mate que susurra en la noche, tejiendo soledades y verdades en el silencio de las horas que no duermen No es el mate de las ocho, compañero de tostadas crujientes, ni el que pasa de mano en mano entre risas y migas de bizcochitos. El de la madrugada es de otra estirpe, susurro en la quietud, secreto que no se comparte. No obedece al reloj ni a la costumbre; surge como un destello, es un faro para el que navega en la noche. Cuando la casa duerme y la ciudad apenas respira, alguien se levanta, enciende el fuego y escucha el murmullo de la pava, un canto antiguo que conoce de memoria. Este mate no se apura. No se ofrece, no espera compañía. Medita, que abraza al insomne, al que lee hasta que las palabras le queman los ojos, al que hurga en fotos viejas o garabatea ideas que se resisten a ser atrapadas. Lo ceba quien llora en silencio, quien ríe en su interior o quien simplemente mira la noche, buscando algo que no nombra. Es una ceremonia sin reglas escritas, pero con su pro...