Solamente las mujeres pueden parir |
Decir “personas gestantes” para referirse a las mujeres, únicas que pueden parir hijos, no es tan inocente como llamar “agua mineral con gas”, a la soda
Hay que acostumbrarse a repetir lo obvio, aunque sea internamente, para no caer en las trampas que ofrece el moderno lenguaje a cada paso. Repita, las únicas que pueden ser madres son las mujeres, son las mujeres, son las mujeres, ese privilegio está negado a los hombres, ellos no tienen manera de ser madres.Decir “personas gestantes” no es tan inocente como cambiar “soda”, por “agua mineral con gas” o “profesional del arte de curar”, por “médico”. Es aceptar que alguien más, además de las mujeres, tiene capacidad de gestar otro ser humano. Y no, amigo, es imposible que alguien que no sea mujer lo haga, de la misma manera que el toro no parirá terneros, el lobo lobeznos o el caballo potrillos, esa función la naturaleza la ha reservado a la vaca, la loba, la yegua. Y así hasta el último animal del mundo, ya sea que camine sobre la tierra, vuele, nade o cave debajo de ella.Si le gusta, muy bien, su pensamiento está de acuerdo con aquello que antiguamente se llamaba “naturaleza”. Pero si tiene una teoría contraria a esta idea, bueno, es como para lamentarlo, ¿no?, porque así están dadas las cosas en el mundo. Nadie elige ser alto, bajo, rubio, morocho, pelirrojo, argentino, inglés, chino, sudafricano, indio, mongol, es lo que le tocó en el reparto.
El quebracho no sabe que es quebracho, no se piensa como quebracho, no averigua por qué le tocó ser quebracho. Obra como quebracho, simplemente porque nació quebracho, no le quedaba otra. Nadie le dio la opción de ser algarrobo, mistol, maíz o sagitaria de maceta de patio, simplemente porque no hay quién tenga en este mundo o en otros —si los hubiere o hubiese —la posibilidad de hacerlo otro ser más que el que es. Así de sencillo.
La naturaleza ni siquiera se toma el trabajo de ser sabia, como dicen algunos, simplemente es, existe, permanece, yace, está ahí determinando que usted sea mujer u hombre. Y no es que no le dio la opción de ser ameba, elefante, ornitorrinco, loro o tigre, simplemente actuó como debía, como se ha establecido que lo haga.
Un espermatozoide de su padre fecundó un óvulo de su madre y, desde un principio, determinó que usted sea lo que es, exactamente eso que mira al espejo todos días cuando hace las abluciones matutinas, y no otra cosa. Si hubiera sido el espermatozoide de un oso fecundando el óvulo de una osa, usted habría nacido osito y hoy no estaría leyendo esta columna sino quizás cazando salmones en un río de Alaska.
Lo que usted siente que debe ser es otra cosa distinta, usted puede creer que la naturaleza se equivocó y debió haberlo creado anteojo de miope, locomotora, sillón de peluquero o sombrero de ala ancha, allá usted, es dueño de suponer lo que sea, es lo maravilloso de la mente humana, porque, ¿sabe?, el bagre se sabe bagre, actúa como bagre, caza como cabre, sobrevive como bagre, le va la vida en su constante trabajo de ser bagre, lo mismo la paloma, el sauce llorón, la hormiga brava.
En cuanto a su sexo, eso se lo dirá cualquiera en la calle, es cosa suya, exclusiva e íntimamente suya, de nadie más. Con otra persona o solo, usted puede hacer lo que quiera en una cama, en el baño, en el sillón del living, en un catre de tiento, en el auto, en el tractor, en el techo, en el patio de la casa. Con otras personas también, sean de distinto sexo o del mismo suyo, con animales o cosas, usando cualquiera de las posiciones a que se acomoda el cuerpo humano. Si a usted le satisface y al resto también, siempre y cuando no sean menores de edad ni estén obligados o amenazados, ¡adelante!, es su derecho.
¿De la vestimenta habla?, pues nunca como ahora hubo una libertad tan grande de ponerse encima los trapos que uno quiere. Las modas que hoy en día se ven en la calle, son distintas entre sí y nadie se escandaliza por una falda corta, un pantalón ancho, una camisa rotosa, un sombrero extravagante. Si quiere vestirse de la manera que las costumbres adjudican al otro sexo, hágalo amigo, hay hombres que salen vestidos de mujer y tienen barba y bigotes y mujeres que se visten como hombres y no disimulan sus pechos. Sepa, eso sí, que es un disfraz, porque debajo de todos los trajes que lleve encima, seguirá siendo exactamente lo que es y no otra cosa.
Si se disfraza de Presidente, con una banda celeste y blanca cruzándole el pecho en bandolera, parecerá Presidente, pero no lo será. Si se pone una sotana parecerá cura, mas no lo será si no lo ordenaron como tal. Si sale a la calle de pañales y tomando un biberón parecerá niño, pero no será un niño.
Según una definición, cultura es todo lo que el hombre agrega a la naturaleza, usted vístala como sea, pero debajo de su ropa, su propio cuerpo seguirá insistiendo en su propio ser.
Ahora, si le gusta lo que acaba de leer, muy bien, pero si no está de acuerdo tiene dos opciones, la primera sería contradecir el escrito con otros argumentos y la segunda insultar. Si pregunta cuál es la mejor, se le dirá que siempre es preferible una buena puteada, el que putea queda con la dicha de haber agraviado y el otro (yo en este caso), con la felicidad de saber que tiene razón.
Y eso es todo.
©Juan Manuel Aragón
A 13 de enero del 2024, en Tiún Puncu. Agitando pañuelos
El Caballo del Mar el macho pone huevos ._
ResponderEliminarPor ahí escuché decir: que chica caballera. ¿sera por amable o por qué le gusta cabalgar ? otra : Esa familia tiene 5 hijos , dos hijos varones y tres hijas mujeres . Ultima_ Yo conozco a dos q embarazaron a un hombre el cuál murió sin poder parir y no estoy mintiendo.
Muy oportunas las reflexiones del artículo Juan. Ojalá la gente tuviera la educación y la valentía para conservar y hacer respetar el lenguaje, sin dejarse influenciar por la moda de los eufemismos postmodernistas.
ResponderEliminarLamentablemente, con el bajo nivel de educación que hoy tiene la sociedad, hay incautos que creen que adoptar eufemismos para expresarse es de "buena educación", cuando en realidad es una cabal muestra de ordinariez (existirá el término?). Es como supo ser la costumbre de levantar el meñique para tomar el té. Una mersada total.
Y ojo que los eufemismos nunca son inocentes. Su imposición es la manera de no solamente atacar el lenguaje, sino además quebrar la voluntad de las personas, acostumbrándolas a cambiar sus convicciones y valores.
Y la gente compra porque cree que adoptar nuevos términos "compasivos" les permite mostrarse más sensibles y virtuosos, especialmente cuando se tiene poco que mostrar de mérito propio.
Nadie es mejor persona, ni ofende a nadie llamando al mudo, mudo, al linyera, linyera, al renco, renco y al tuerto, tuerto, además porque ninguno e ellos se ofende, pese a que los erigidos y auto-designados "defensores sociales" le digan a la gente que hablar normalmente usando sustantivos y adjetivos específicos sea ofensivo.
Y hasta aquí llego, porque tengo que ir a ayudar a una persona gestante, que es no vidente y está en situación de calle.
Con ello me anoto tres puntos al hilo en mi libreta de actos virtuosos, y me alcanza para sentirme bien conmigo mismo por lo menos por un par de semanas
No entiendo porque los contemporaneos pensarán que ser modernos es ser innovadores e instalar agendas que contrarien tradiciones. Resulta que ahora pertenecen a rebaños las personas, seria una elipsis silogismo ilógica ( tampoco entiendo tantas vueltas) y no a determinados circulos sociales. Espero que la matemática tenga más perfección y el diámetro no sea con el Pi para saber el diámetro de esa circunferencia y no relacionen también a esos menesteres.
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