Reñidero en Valencia, España, circa 1930 En casi toda la provincia hay galleros, costumbre que muchos hallan que es bárbara, pero al ser mayoritaria también sería democrática, dice el autor La riña de gallos es una realidad en casi todo Santiago del Estero. En cada ciudad, pueblo, paraje, apeadero o simple revolcadero de burros, gran parte de los varones cría gallos llamados finos y espera dar el golpe en una pelea con apuestas que no le salvarán el año, pero al menos pagarán los gastos etílicos del fin de semana. Hay pequeños pueblos, en que se organiza una riña todos los fines de semana, siempre con mucho público, menos cuando están emplumando las gallinas, desde el final del verano hasta dos o tres meses después. Mientras la ley nacional 14.346 prohíbe explícitamente las riñas de gallos, desde 1986, cuando gobernaba la provincia Carlos Arturo Juárez, una ley las autoriza expresamente. El gobernador César Eusebio Iturre, reglamentó “el combate para el deporte de los gallos”, de una m
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