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COSMOVISIÓN Enormidades que duelen

Mapa de la Argentina en 1867

Si llega hasta el final de este artículo, leyéndolo despacito, quizás halle una clave para entender la realidad

Imagine que Uno se despierta a las 3 de la mañana y va a hacer aguas al baño. En eso se acuerda de que todos los días los hijos del vecino le ensucian su jardín con basura que arrojan por sobre la tapia. Entonces sale al patio y les grita: “Che estúpidos, dejen de tirar porquerías porque los voy a denunciar, pedazos de semerendos hijos de mil”.
Si le pregunto, doña, qué le parece, dirá que quizás Uno tenga razón de estar enojado, furioso, pero no es la forma, porque los otros vecinos no tienen por qué desvelarse por culpa de esa rabieta. Además, debería meterse con el vecino directamente, no con los hijos. Y, por otra parte, si le parece mal lo que hacen, que vaya y los denuncie, en vez de andar gritando a incontinentes horas de la noche. No es lo que se espera de un vecino, que al menos debe conservar la apariencia de ser respetable. Es decir, sus gritos madrugadores son una muestra de su falta de cultura, su escasa educación y la bajeza de sus costumbres.
Imagine un poco más, doña: Uno no es un tipo cualquiera sino su marido, el padre de sus hijos, el jefe del hogar, el hombre de la casa, el hombro protector de la familia, el que debe marcar el rumbo, con rectitud, delicadeza y firme determinación. Usted dirá que la cosa es grave porque, lo menos que espera es que su media naranja sea alguien prudente, medido, juicioso, sin esos arrebatos de niño.
Le redoblo la apuesta, doña. Otra, la esposa de Uno es bonita, segura de sí misma, se la ve como toda una señora cuando anda haciendo las compras en la verdulería, pero el otro día salió a acusar al vecino del otro lado, también a los gritos y por sobre la tapia, de que no le pagan lo que corresponde a la chica que les limpia la casa, también a los gritos, por supuesto. ¿Por qué lo hizo? Bueno, los hijos del vecino y los de ella jugaron a la pelota en la calle, después del partido se insultaron de lo lindo y como los de al lado perdieron ahora andan burlándose, y diciendo que los suyos son unos pataduras, que no merecían ganar, que hicieron trampa y otras chiquilinadas.
No, dirá, usted, yo nunca haría eso. Si le pregunto por qué, me dirá, primero que los grandes no tienen que andar metiéndose en peleas de chicos. Ahá. Segundo, no tiene por qué mezclar peras con manzanas, porque, qué tiene que ver el hecho de que supuestamente su vecino no le pague a su empleada, con el fútbol de los chicos. Tercero, porque si Otra se cree una dama no tiene por qué gritar macanas en el fondo de su casa, como si fuera una cualquiera. Cuarto, porque es mejor dejar que los chicos arreglen sus propios problemas y que Otra se dedique a su propia casa. Y quinto, porque se supone que no es tarea de Otra, meterse en chiquilinadas bobas.
Si ha llegado hasta ahí, entonces la propuesta es cambiar los personajes. En vez de Uno, piense en Javier Gerardo Milei, a las 3 de la madrugada escribiendo furiosos mensajes que revolea por las redes de internet, en contra del que se le ponga al frente. Cambie el nombre de Otra, por Victoria Eugenia Villarruel, que manda insultos contra todos los franceses, acusándolos de colonialistas, oiga bien, por algo que se dijeron dos o tres futbolistas.
Bueno, en manos de esa gente estamos.
¿No le parece una enormidad?
Saludos.
Juan Manuel Aragón
A 23 de julio del 2024, en la Rotonda de la Alsina. Rumbeando para el sur.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo. Pero quienes son los responsables de esta situación.. indirectamente.... Sabemos quienes Son...Indicio
    ..hay que ir para ...Atrás....

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  2. Cristian Ramón Verduc23 de julio de 2024 a las 8:16

    A "la gente" le gusta que el funcionario sea "transgresor". Sigamos tonteando, así seguimos de mal en peor.

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  3. Vergüenza ajena que el Fénix Pinti haya pasado sus improperios por un teatro para que un desvalorizado y pretenso Don Juan se haga irreparable que estando en ese lugar que deba honrar aturda con gritos su sinrazón. Ni hablar de la chusma que dejó de ser caja de resonancia para deliberar y gobernar siendo su más importante función dirigir debates que eleven ponencias para encontrar mejores resoluciones a esos entreveros. Creerán que el teatro de la vida volvió a ser de operaciones? Hay que pensar en guerras inminentes para recuperar la cordura ? Lo que sea nunca serán ejemplos porque del ridículo no se vuelve

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  4. No se hacia donde nos llevará don Milei, pero si SÉ de la que NOS SALVO.

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