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1965 ALMANAQUE MUNDIAL Métrico

Gran Bretaña tiene sistema métrico decimal

El 24 de mayo de 1965 el Reino Unido anuncia oficialmente su transición al sistema métrico decimal

El 24 de mayo de 1965 el Reino Unido anunció oficialmente su transición al sistema métrico decimal. Fue un cambio significativo en su sistema de medidas que marcó un proceso de modernización y alineación con estándares internacionales. Ese día, el gobierno británico, bajo la administración del primer ministro Harold Wilson, comunicó en el Parlamento la decisión de adoptar el sistema métrico como el principal para las unidades de medida en el reino, reemplazando gradualmente el sistema imperial que había predominado durante siglos.
La declaración fue el resultado de años de debates y estudios. Desde finales del siglo XIX, el sistema métrico, originado en Francia durante la Revolución Francesa, había ganado aceptación en Europa y otras partes del mundo debido a su simplicidad y universalidad. En el Reino Unido, la discusión sobre su adopción comenzó a tomar fuerza tras la Segunda Guerra Mundial, impulsada por la necesidad de facilitar el comercio internacional y la cooperación científica. En 1950, el Comité Hodgson fue establecido para evaluar la viabilidad de la métrica, y aunque recomendó su adopción, recién en 1965 se tomó la decisión concreta.
El anuncio especificó que la transición sería gradual, con un período de puesta en marcha de aproximadamente diez años. El gobierno creó la Comisión de Métrica del Reino Unido en 1969 para supervisar el proceso, asegurando que sectores como la industria, el comercio, la educación y la administración pública se adaptaran de manera coordinada. Las unidades métricas, como el metro, el kilogramo y el litro, comenzaron a introducirse en áreas específicas. En 1966, las escuelas británicas empezaron a enseñar el sistema métrico como parte del currículo, preparando a las nuevas generaciones para su uso cotidiano.
El comercio y la industria también jugaron un papel clave. En 1965, muchas empresas británicas ya utilizaban medidas métricas en exportaciones, especialmente con países de la Comunidad Económica Europea, que adoptaron el sistema métrico ampliamente. La estandarización facilitó la interoperabilidad de productos y redujo costos asociados con conversiones. Sectores como la construcción y la ingeniería comenzaron a adoptar planos y especificaciones en metros y centímetros, mientras que, en el comercio minorista, productos como telas y alimentos empezaron a etiquetarse en unidades métricas.
La transición no estuvo exenta de desafíos. En 1965, el sistema imperial, con unidades como pies, pulgadas, libras y galones, estaba profundamente arraigado en la cultura británica. Para garantizar una adaptación fluida, se permitió el uso dual de ambos sistemas durante varios años. Por ejemplo, los letreros de carreteras continuaron mostrando millas y yardas, y los pubs siguieron sirviendo cerveza en pintas. La Comisión de Métrica trabajó con asociaciones comerciales y educativas para informar al público, distribuyendo materiales que explicaban conversiones y beneficios del nuevo sistema.
El proceso de métricación continuó en las décadas siguientes. En 1971, el Reino Unido decimalizó su moneda, pasando de libras, chelines y peniques a un sistema de 100 peniques por libra, un cambio que complementó la adopción métrica al simplificar cálculos. Para 1980, la mayoría de los sectores industriales y comerciales utilizaban predominantemente el sistema métrico, aunque algunas unidades imperiales permanecieron en uso cotidiano, reflejando la complejidad de cambiar tradiciones arraigadas.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

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