Ir al contenido principal

13 DE OCTUBRE Día del Psicólogo en la Argentina

Algunos siguen a los
recuperados del coronavirus

La fecha recuerda un encuentro de estos profesionales de la salud, en Córdoba, en 1974


El 13 de octubre es el Día del Psicólogo en la Argentina. La fecha recuerda el Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología, en la ciudad de Córdoba, del 11 al 13 de octubre de 1974, convocado por la Confederación de Psicólogos de República Argentina.
La confederación fue la primera manifestación orgánica de estos profesionales. Se constituyó a fines del año anterior y estaba integrada por representantes de las asociaciones de psicólogos de Capital Federal, Córdoba, La Plata y San Luis y de otros puntos del país.
La primera comisión directiva estuvo presidida por Elena Roberto e integrada por Delfín Gialluca, Óscar Strada, Aníbal Lentini, Edgardo Musso y Horacio Santángelo.
La Confederación se disolvió en 1977 y se reorganizó con el nombre de Federación de Psicólogos de la República Argentina. Su presidente, Beatriz Perossio, que también presidía la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, resultó desaparecida.
En este tiempo, los psicólogos como para fundamental de los trabajadores de la salud, merecieron el reconocimiento de la sociedad pues son un recurso esencial en esta época de pandemia al acompañar no solo a los pacientes, sino también a sus compañeros y colegas de sanatorios, clínicas y hospitales.
En muchas provincias, los psicólogos siguen de manera minuciosa a los recuperados del coronavirus y detectan posibles donantes de plasma.
Otra función esencial de los psicólogos en este tiempo, fue el apoyo de salud mental de los profesionales de la salud que trabajan en la primera línea de acción en las unidades críticas de atención de la pandemia.

Más evocaciones
Hoy además es el Día Internacional para la Reducción de los Desastres, de la Trombosis. En Azerbaiyán es el Día del Ferrocarril, en Bolivia del Abogado, en Burundi del paso a la inmortalidad del nacionalista Louis Rwagasore, en Cuba del Trabajador Azucarero y del Trabajador Bancario, Tenerife, España, es el Aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Candelaria (Patrona de Canarias), en Japón es el festival para desear buena cosecha, en Perú del Señor Cautivo de Ayabaca, en Polonia del Paramédico y en Tailandia de la Policía Nacional.
Los católicos recuerdan a los santos Eduardo III el confesor, Chelidonia de Abruzzo, Florencio de Tesalónica, Geraldo de Cierges, Leobono de Salagnac, Lubencio de Kobern, Rómulo de Génova, Simberto de Augsburgo, Teófilo de Antioquía, Venancio de Tours y las beatas Alejandrina María da Costa y Magdalena Panattieri.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...

FURIA Marcianos del micrófono y la banca

Comedor del Hotel de Inmigrantes, Buenos Aires, 1910 Creen saber lo que piensa el pueblo sólo porque lo nombran una y otra vez desde su atril, lejos del barro en que vive el resto Desde las olímpicas alturas de un micrófono hablan de “la gente”, como si fueran seres superiores, extraterrestres tal vez, reyes o princesas de sangre azul. Cualquier cosa que les pregunten, salen con que “la gente de aquí”, “la gente de allá”, “la gente esto”, “la gente estotro”. ¿Quiénes se creen para arrogarse la calidad de intérpretes de “la gente”? Periodistas y políticos, unos y otros, al parecer suponen que tienen una condición distinta, un estado tan sumo que, uf, quién osará tocarles el culo con una caña tacuara, si ni siquiera les alcanza. Usted, que está leyendo esto, es “la gente”. Su vecino es “la gente”. La señora de la otra cuadra es “la gente”. Y así podría nombrarse a todos y cada uno de los que forman parte de esa casta inferior a ellos, supuestamente abyecta y vil, hasta dar la vuelta al m...

CONTEXTO La inteligencia del mal negada por comodidad

Hitler hace el saludo romano Presentar a Hitler como enfermo es una fácil excusa que impide comprender cómo una visión organizada del mundo movió a millones hacia un proyecto criminal De vez en cuando aparecen noticias, cada una más estrafalaria que la anterior, que intentan explicar los horrores cometidos por Adolfo Hitler mediante alguna enfermedad, una supuesta adicción a drogas o un trastorno psicológico o psiquiátrico. Sus autores suelen presentarse como bien intencionados: buscan razones biológicas o mentales para comprender el origen del mal. Sin embargo, esas razones funcionan, en cierta forma, como un mecanismo involuntario o voluntario quizás, de exculpación. Si hubiese actuado bajo el dominio de una enfermedad que alteraba su discernimiento, los crímenes quedarían desplazados hacia la patología y ya no hacia la voluntad que los decidió y la convicción que los sostuvo. En el fondo, ese gesto recuerda otros, cotidianos y comprensibles. Ocurre con algunas madres cuando descubre...