Ir al contenido principal

RESGUARDO del patrimonio

Antigua casa de Santiago
Por qué se debería evitar la demolición de algunas casas de Santiago

Se debería resguardar el patrimonio arquitectónico de la ciudad, dicen algunos y luego agregan que las viejas construcciones guardan historias en sus paredes, el pasado debe cuidarse y un montón de cosas más. Dichas todas con tonos graves en la voz y de ser posible, levantando el dedo índice para enfatizar lo dicho.
El único problema, amigos, es que resguardar el patrimonio arquitectónico cuesta plata y nadie está dispuesto a sacar un peso del bolsillo para defender una casa de los martillos de la demolición. Cuidar que no se venga abajo, con los problemas de salitre que hay en Santiago es muy caro.
Se dice muy fácil eso de un pueblo que no guarda sus tradiciones está condenado a sufrir etcétera. Pero, habría que ver cómo se lo lleva adelante. Suponga que un propietario quiere vender su casa a un constructor que levantará en ese lugar un edificio de 10 pisos. Podríamos pedirle al Estado que la expropie para que no se modifique el patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Pongamos que todo sale bien, el gobierno paga lo que vale la casa y se la apropia. ¿Qué va a poner adentro?, ¿un museo de algo? Sí, dirán muchos. Al ver esto, el propietario de otra casa vieja también intenta venderla: resultado viene el gobierno y también la expropia: sumemos otro museo. Al tiempo, todos los dueños de casas viejas estarán haciendo fila para que se las expropien.
La Provincia usará la plata de sus impuestos, don, para poner a punto cada casa, nombrará más gente para que las atienda, al menos 10 por casa, 5 a la mañana y 5 a la tarde y un cuidador por la noche. Deberá crear, además, la oficina de Casas Antiguas o de Defensa del Patrimonio Arquitectónico. A las de Santiago, sume la de La Banda, Añatuya, Clodomira, Frías, Las Termas y demás en la provincia. Capaz que sean mil, en una de esas son dos mil, una barbaridad, ¿no le parece?
Usted quiere salvar el patrimonio arquitectónico de la provincia. Diga para qué. ¿Por qué se acostumbró a ver siempre una casa cuando pasa rumbo al trabajo?, ¿tiene nostalgias de la ciudad que ya no es?, ¿pretende acaso detener la modernidad evitando la demolición de algunos edificios? Ahora sabe que sale caro. Santiago se convertiría en un museo sólo porque usted cree que “no hay derecho” a tumbar algunas.
A la mayoría nos gusta lo moderno, las altas torres de departamentos, las construcciones vanguardistas, los contrastes entre lo antiguo y lo nuevo, las propuestas distintas en lugares que no se diría, en fin. Pero si usted tuviera razón y se debe preservar la ciudad como ha sido siempre, diga de dónde sacará el dinero para hacerlo y métale para adelante.
Eso sí, con mi plata no cuente.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Da pena, pero aveces se caen a pedazos, y no queda otra que vender, además seguro hay varios herederos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

CUENTO Los negros de abajo

Imagen de ilustración nomás Que narra lo que sucedió el día que en la oficina decidieron instalar cámaras de vídeo para ver qué hacían los empleados Un buen día pusieron cámaras en el trabajo. Las ubicaron estratégicamente, una en cada oficina y dos en la que le decíamos “La Perrera”. Roberto, que siempre amagaba con levantarle la pollera a la Patri, sólo para ver qué color de bombacha llevaba, dejó de hacerlo; Sonia no lo imitó más a Fallon cuando salía del baño secándose las manos con el pañuelo y Mariano, que siempre se levantaba de la silla para hacer ejercicios físicos y desentumecerse, se abstuvo de sus sesiones de gimnasia. Decían que el dueño tenía el televisor en su despacho y se divertía mirándonos. Alguno comentó, medio en serio, medio en broma, que había dicho: “Los esclavos de abajo trabajan bien, pero si se lo controla son inmejorables”. Aunque eso de los esclavos o los negros de abajo era cierto, siempre lo decía casi con satisfacción. Su oficina quedaba arriba, obviamen...

1988 AGENDA PROVINCIAL Ávila

Eduardo Ávila, el hijo más conocido de Orlando El 12 de julio de 1988 muere Orlando Ávila, folklorista y director del conjunto “Los Ávila”, que deja una huella imborrable en la música tradicional El 12 de julio de 1988 murió Orlando Ávila, destacado folklorista santiagueño y director del conjunto “Los Ávila”, que dejó una huella imborrable en la música tradicional de la provincia. Nacido en Santiago del Estero, dedicó su vida a la difusión de las tradiciones musicales de la provincia, particularmente la chacarera, género que llevó a diversos escenarios del país. Su liderazgo al frente del conjunto familiar consolidó un estilo auténtico, profundamente arraigado en la cultura santiagueña. “Los Ávila” se formaron en el seno de una familia apasionada por el folklore. Orlando, como cabeza del grupo, guio a sus integrantes, entre ellos su hijo Eduardo Ávila, conocido como “El Santiagueño”. El conjunto se destacó por interpretar chacareras, zambas y vidalas, géneros que reflejaban la esencia ...

QUIMERAS El sabor del vacío

Pobre náufrago Una reflexión sobre cómo la búsqueda de gozo lleva a consumir la vida, pero nos deja a la deriva en un océano sin faro La felicidad, ese anhelo antiguo que prometía plenitud, ha sido el motor de innumerables gestas y tragedias. En su nombre se alzaron banderas, se trazaron fronteras y, no pocas veces, se derramó sangre. Porque la felicidad de unos, en su voracidad, a menudo se nutre de la desdicha de otros. Alguien, en algún rincón del mundo, mueve los engranajes del contento ajeno, y en ese girar frenético no hay sosiego, sino un eco de dolor. Con el tiempo, los herederos de esa quimera abandonaron la felicidad como meta inalcanzable. En su lugar, abrazaron la diversión, un refugio más ligero, más inmediato. Llegaron los años 80 y 90, cuando la vida se midió en una dicotomía simple: divertida o aburrida. Nadie, por supuesto, quiso quedarse en el tedio. El jolgorio, las risas, la música atronadora y las luces titilantes se coronaron como el nuevo fin del hombre. Ya no se...

1586 CALENDARIO NACIONAL Rojas

Español en América (idea aproximada) El 15 de julio de 1586 llegó a Santiago Mateo Rojas de Oquendo, conquistador que escribió los primeros versos de estas tierras, considerado el primer poeta santiagueño y riojano El 15 de julio de 1586 llegó a Santiago del Estero, Mateo Rojas de Oquendo. Fue el conquistador español que escribió los primeros versos de estas tierras, considerado el primer poeta santiagueño y riojano. Se supone que nació en 1559, probablemente en Sevilla, según surge de sus propios poemas y se pierde noticia de su vida en 1612, en tiempos en que no todo se registraba en papel y la vida tenía mucho menos valor que en los tiempos presentes. El interés literario por su obra radica en el misterio en torno a su poema “Famatina”, que se ha perdido. El nombre completo de este poema, de veintidós cantos y de trecientas hojas, es “Famatina y conquista y allanamiento de la provincia de Tucumán desde la entrada de Diego de Rojas hasta el gobierno de Juan Ramírez de Velasco”. Es ca...

1938 AGENDA PROVINCIAL Olaechea

Olaechea (gentileza de Antonio Castiglione) El 16 de julio de 1938 muere Pedro Pablo Olaechea y Alcorta, destacado abogado, juez federal, senador y académico El 16 de julio de 1938 murió Pedro Pablo Olaechea y Alcorta, en Buenos Aires. Fue un destacado abogado, juez federal, senador y académico. Nacido en Santiago del Estero el 20 de marzo de 1855, era hijo de Pedro Pablo Olaechea y Carmen Alcorta. Su familia, de profunda raigambre santiagueña, enfrentó persecuciones durante el régimen de Juan Felipe Ibarra, lo que marcó su infancia. Estudió en el Colegio Nacional de Santiago del Estero, destacándose por su dedicación, y luego cursó Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó en 1879. Inició su carrera como abogado en Santiago, especializándose en casos civiles y comerciales. En 1883 fue designado juez de primera instancia en su provincia natal, cargo que desempeñó con notable rigor. En 1890 ascendió a juez federal, resolviendo casos de relevancia nacional con un enfoque...