La receta |
Una preparación que mezcla el azúcar de la carne con el dulce del ananá
El diario La Gaceta de Tucumán, del sábado 22 de diciembre de 1978, bajo el título general de “Recetas para la Navidad”, trae varias preparaciones ideales para comer en la Nochebuena o el 25 de diciembre al mediodía, que es cuando se debería festejar esta fecha, cara al sentimiento cristiano. Hoy le toca a una pierna de cordero con ananás. Ahí va.
Se deshuesa una pierna de cordero tierna, con un cuchillo de punta fina se levanta la piel y se introduce entre el cuero y la carne, rodajas de ananá fresco. Para que quede bien armado se sujeta con palillos el cuero con la carne. A quienes digan que esto es mezclar dulce con salado retrúquenle diciéndole que no es cierto porque la carne es dulce, lo mismo que el ananá. Y que comer la carne con sal y el ananá como postre dulce es una convención.
Se pone la pierna en una cacerola con manteca, una zanahoria y una cebolla cortadas en rodajas finas, se deja tomar color sobre el fuego, después se lo saca y se coloca en una asadera en el horno y se rocía con oporto, sal, pimienta y azúcar; se deja cocinar así a fuego lento dos horas, rociándolo seguido con su jugo. Para servir se corta y se vuelve a armar acompañando con budincitos de arroz blanco.
Por supuesto que se trata de una receta para mentes abiertas y corazones generosos. Solamente a los palurdos de poca monta y baja estofa les gusta comer siempre lo mismo. Son los que se van quince días a Europa y extrañan la carne, el asado, el chunchuli.
Por supuesto que se trata de una receta para mentes abiertas y corazones generosos. Solamente a los palurdos de poca monta y baja estofa les gusta comer siempre lo mismo. Son los que se van quince días a Europa y extrañan la carne, el asado, el chunchuli.
Esa gente no es digna de la buena mesa. Usted, como es alguien preparado, se atreverá a esta receta que, ya le dijimos, no mezcla dulce con salado sino dulce con dulce.
©Juan Manuel Aragón
©Juan Manuel Aragón
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