Ir al contenido principal

MANJAR Las perfectas milanesas

Milanesas a caballo con papas fritas

Las hay con rebozo de pan rallado o de harina, pero en este último caso toman el nombre de lampreados o marineras


No debe haber en el mundo —no hubo, no haberá— una comida tan perfecta como las milanesas a caballo con puré o papas fritas. Como se sabe, la milanesa, al menos la franquicia de ese nombre, le pertenece en exclusividad a la Argentina, a sus amas de casa, sus restaurantes, cantinas, comederos, tascas, fondas, tugurios, bodegones, tabernas, bares, mercados y carritos todo tipo. Es posible que la receta tenga objetivamente, el mismo buqué que si es elaborada en otros países, pero solamente en estos pagos alcanza su máxima explosión de sabores, aromas, colores.
Se hace con carne de nalga de res principalmente, cortada tan finita como papel film, pero hay quienes la prefieren de pollo e incluso de cerdo, animal este último, con cuya carne salen crocantes y bien morochas, galleta “Criollitas” de las de antes. También pueden hacerse con otras partes de la carne de la res, como la costeleta o el mondongo, ¿ha probado?, son una expresión superior del sibarítico gusto culinario. Hablemos de gula, o sea.
No se hallará en esta nota la leyenda de su nacimiento, vida, obra y milagros. Se debe dejar esa tarea a historiadores, sociólogos, investigadores de todo tipo. Digamos, sí, que a pesar de que su nombre remite a la bella Milán italiana o a Nápoles si por encima tiene salsita y queso, se trata de un plato que no tiene nada que ver con los tanos, sus costumbres, su folklore, su cocina.
¿Ha probado las achuras del pollo —que algunos llaman menudos— hechas milanesas? Se hacen con un rebozo de galletitas saladas molidas entreveradas con queso duro, en vez de pan rallado. ¡Ah!, se trata de una exquisitez que no figura en los menús de los grandes restaurantes, pero que provocan una instantánea adicción.
El sánguche de milanesa del mercado Armonía es uno de los mejores de esta provincia, no solamente el de Pipes, sino también el de la Lily y otros puestos aledaños. Dicen que los tucumanos palanganean con esta especialidad. No se sabe cuánto costará un sánguche allá, pero con el pasaje en La Unión, ida y vuelta, el precio se irá a las nubes así que, deje nomás y siga con las de aquí.
El bajativo puede ser tinto, blanco o cerveza, pero hay quienes sostienen que, por tratarse, muchas veces, de un tentempié de las 10 de la mañana, en medio de las tediosas horas de la oficina pública, con una gaseosa está muy bien.
Las hay con rebozo de pan rallado o de harina, pero en este último caso toman el nombre de lampreados o marineras. La pega, vamos a decirlo, es huevo batido con un chorrito de agua, perejil y el fundamental ajo, que le dará el carácter y la personalidad definida al manjar. Se bañan los filetes en ese menjunje y luego se pasan, una sola vez, por favor, por el pan rallado, apretándolo bien para que no se desmigue en el aceite en que se las freirá.
Tenga en cuenta que más que una comida, las milanesas son un homenaje que la cocina le hace a la industria de la diversión. Quien las degusta sabe cómo es la sensación que siente el estómago cuando está feliz, contento y satisfecho. El huevo frito que necesariamente llevará por encima, debe tener la yema tembleque y el puré deberá estar bien pisado, pero bien, ¿eh?, cosa que no quede con molestos grumos. Tendrá, además un susto de aceite, tres o cuatro buenos chorros de leche, manteca, sal y un poquito de nuez moscada.
Ahora lo dejo amigo. Hoy para mí, es miércoles 24 de mayo del 2023 a la una de la tarde y mi mujer me llama a almorzar. Milanesas por supuesto.
Habrá postre vigilante.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

TRENES Voces de madrugada

Johny Barrionuevo canta en el Urquiza Un cantor santiagueño recorre el Roca llevando canciones del alma, recuerdos del pago y la memoria de los amigos que quedaron atrás Todos los días salgo de mi casa, Pellegrini 1458, Burzaco, bien de madrugada. Trabajo en el tren Roca, pero no soy ferroviario. Soy el que ameniza el viaje de los pasajeros, cantando canciones que quizás les quedaron prendidas en el alma como abrojo en la tira de las zapatillas, y les recuerdo su infancia, su juventud, allá lejos, algún bosque norteño, con los parientes que se quedaron para siempre jóvenes en sus pensamientos. También voy a fiestas; me llaman para amenizar asados, celebraciones, esas cosas. Fue mucho mi penar andando lejos del pago Tanto correr pa' llegar a ningún lado Y estaba donde nací lo que buscaba por ahí. Me despierto a las cinco de la mañana y a las seis y media ya estoy en el tren, siempre cantando lo mismo. "La del Puente Carretero" y "Añoranzas" no pueden faltar; cuan...

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS Del 8 de julio

¿Mengele o Ascher? En 1985, el juez del crimen de La Banda empieza un expediente para dilucidar si un criminal nazi había vivido en esa ciudad El 8 de julio de 1985, el juez del crimen de La Banda Andrés Francisco Miotti inicia una investigación para saber si Gualterio o Walter Ascher era el criminal de guerra nazi José Mengele. Unos días antes, el diario El Liberal había publicado una sensacional historia, casi una confirmación de la leyenda urbana que sostenía que un criminal de guerra nazi, había vivido en La Banda con un nombre supuesto. Walter o Gualterio Ascher había vivido en La Banda entre fines de la década del 40 y principios del 50 y se sospechaba que podría haber sido un nazi prófugo de los tribunales de Núremberg. Para iniciar su investigación, el fotoperiodista Jesús del Carmen Martínez, conocido como “Chito”, amplió una fotografía de Mengele, tomada de un libro sobre la II Guerra Mundial y la mostró a quienes decían haber conocido a Ascher. Les preguntaba si sabían ...

ÉPOCA Viejos son los viejos

Un viejo Uno tiene solamente la edad que marca el almanaque: porque la juventud no es una cuestión de voluntad sino del reloj ¿De qué tiempo sos?, me preguntan a veces mis hijos. No sé, no tengo idea, respondo; de este, creo, y seguirá siendo mi tiempo hasta que me muera. Bueno, de qué tiempo vienes, aclaran, porque ahora son todos de la “generación X”, la “generación Y” o la “generación Z”. No, les digo. Vengo de una época en que a veces los hombres tomaban hasta emborracharse deltodamente y caer desmayados, pero una dama, una señorita, una mujer, a lo sumo sorbía una copita y se alegraba un poco, nada más. No como ahora, que los domingos a la mañana andan tiradas por las calles, y el lunes no sabrán qué hicieron, con quién o con cuántos ni dónde ni —peor todavía— cómo. En esos tiempos una mujer era más bella cuando más mujer era, no cuando se parecía a los hombres; a esas les decíamos “marimachos”, así, redondamente. Vengo del tiempo en que la gente se miraba cara a cara para hablar,...

ESCRITO Bienaventuranzas tucumanas

El Mollar, en Tucumán Nota exhumada del baúl de los recuerdos, sobre una inexistente vivencia en la provincia de la chancaca y la caña de azúcar Antes de que lea amigo, una necesaria explicación. Hace unos años escribía para una página tucumana, cuyo dueño me pedía que no escribiera como santiagueño, porque su audiencia era casi exclusiva de la vecina provincia. Imaginé entonces esta nota, como para mostrar mis conocimientos sobre los pagos de la chancaca. Exhumada entre los recuerdos de un archivo que no llevo, el otro día salió a la luz. La vuelvo a publicar, porque puede ser de interés para lectores de Tucson y Santiago del Esterick. Bienaventurados los que chupan caña, porque de ellos es la golosina más rica de la Tierra. Bienaventuradas las chicas que pasean por el parque 9 de Julio los domingos, porque son dueñas de la belleza más representativa de estos pagos. Bienaventurados los achilateros, que regalan felicidad a las siestas de la gente menuda. Bienaventurados los dueños de c...

BICHOS Me presento, soy la juanita

Hedionda juanita Breve historia de un molesto bicho que todos los veranos vuelve a los pueblos con su historia a cuestas Yo soy la juanita, así nomás, con minúsculas, porque soy nombre genérico, como león, torcaza, omeprazol. Nada de delicadezas ortográficas para mí. Las únicas que llevan mayúscula son Juanita Simón, Juanita Viale, Juanita Tinelli, Juanita Repetto, sor Juana Inés de la Cruz. A nosotras nadie nos invita a una foto ni a una alfombra roja; con suerte ligamos un chancletazo bien aplicado. En las tradiciones argentinas, al menos, no figuramos como protagonistas de ninguna leyenda, cuento, mito, fábula, novela o quimera. Ni siquiera se dignaron a inventarnos una superstición digna, de esas que asustan changuitos. Y eso que nuestra pestilente presencia, si algo tiene, es potencial narrativo. Sin embargo, apenas ocupamos un rincón mínimo del acervo pop-folklórico del país. En la Sociedad Argentina de Autores y Compositores hay contadas canciones que llevan mi nombre —con o sin...