El pueblo de Cangallo |
El 28 de marzo de 1895 se le da el nombre de Cangallo a una calle de Buenos Aires, en homenaje al pueblo del Perú destruido por los realistas
El 28 de marzo de 1895 se le dio el nombre de Cangallo a una calle de Buenos Aires. El nombre rinde homenaje al pueblo del Perú destruido por los realistas tras su tercera sublevación en apoyo a la causa de la Independencia el 17 de diciembre de 1821.José de San Martín dijo que ese nombre “debía quedar para siempre en la memoria argentina como un homenaje a la lucha por la libertad”. Pero, en 1984 el Concejo Deliberante de la entonces Capital Federal, se lo cambió por el de teniente general Juan Perón.La calle tiene 46 cuadras desde su nacimiento en el Río de la Plata, hasta el Parque Centenario. En la ordenanza de 1984 se le da su actual nombre “…desde su nacimiento en la avenida Leandro Alem hasta su terminación en Río de Janeiro”.
Pero la calle Cangallo no nacía en la avenida Alem, sino en el Río de la Plata. Por eso, siguiendo la letra de la ordenanza, el tramo que va del río hasta Leandro Alem, se siguió llamando Cangallo.Luego, por una ordenanza del 28 de noviembre de 1995 se dieron nombres de mujeres a las calles de Puerto Madero. Cangallo pasó a llamarse Macacha Güemes, desde el río hasta la avenida Madero.
Por otra parte, en 1989 se le devolvió la última de sus 46 cuadras a Cangallo y quedó en 45. Se trata del pequeño sector comprendido entre la calle Río de Janeiro y su desembocadura en Parque Centenario.
Su nomenclatura es la siguiente: Dl Río de la Plata hasta la avenida Madero es Macacha Güemes. De Madero hasta Leandro Alem es Cangallo. De Leandro Alem hasta Río de Janeiro es Perón y de Río de Janeiro hasta Leopoldo Marechal vuelve a ser Cangallo.
Los porteños, con su particular sentido del humor, la rebautizaron como “Juan Domingo Cangallo”.
Cuestión personal
Es lamentable la cantidad de horas que se pierden en la Argentina discutiendo el cambio de nombres, cada vez que entra un nuevo gobierno a tallar en el país. Quienes tienen negocio en una determinada calle, a partir de un día cualquiera de su vida, deben cambiar toda la papelería para ponerse el día con una nueva nomenclatura, debida al capricho de unos pocos, que consideraron que la vieja no servía más y debía ser tirada a la basura. Algún día, alguien debiera decirles a los legisladores de todo tipo, color político, laya y condición, que legislar no es apropiarse de los lugares cambiándoles el nombre.
©Juan Manuel Aragón
Siii, no solo a los legisladores, a los golpistas también...cuántas calles,plazas, ciudades cambiaron de nombre gracias a su capricho
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