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Mostrando las entradas etiquetadas como Profetas

SAMARCANDA La joya del Asia

Samarcanda Es más hermosa de lo que se cuenta, la ciudad con un nombre ligado a la leyenda de los genios invisbles En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso, escribo estas líneas para dejar memoria de la ciudad que brilla como un jardín en medio del desierto. Samarcanda, la noble, la espléndida, la joya del Asia, en el corazón de Transoxiana: ahí se cruzan las rutas de seda y caravanas. Cada piedra sobre piedra, si es queda alguna, guarda la huella de imperios y profetas. Así lo oí de labios de los viejos, y lo dejo escrito para quien venga después de mí. Dicen los ancianos que Alejandro, llamado Iskandar por nosotros, pasó por aquí después de vencer a Darío, y que al contemplar la ciudad exclamó: “Todo lo que he oído sobre Samarcanda es verdad, salvo que es aún más hermosa de lo que se cuenta”. Y así quedó su nombre ligado a la leyenda de sus murallas, que parecían hechas para resistir no a hombres, sino a genios invisibles. Se dice que aún de noche se escuchan sus pasos, c...

CUENTO La otra ciudad

La Belgrano a la tarde. Foto. Google. Retocada “Algunos juraban que había conocido a los protagonistas de la historia misma: que había jugado al truco con José de San Martín…” En el café de la esquina, que ya no era esquina porque la Belgrano lo había desbordado, Sofanor mezclaba las cartas como un sacerdote preparando el rito. Los otros parroquianos lo observaban con la misma atención que se reserva a los profetas o a los locos, aunque en el barrio solían confundirse con frecuencia y nadie sabía si era profeta, loco o los dos al mismo tiempo. El hombre tenía una habilidad especial para los relatos. Algunos juraban que había conocido a los protagonistas de la historia misma: que había jugado al truco con José de San Martín, discutido de política con Juan Manuel de Rosas y brindado con una copa de oporto con el mismísimo Jorge Luis Borges. Otros, más escépticos, decían que era un embaucador talentoso, un “mitómano con encanto”, decían. —Les voy a contar de la noche que refundé Santiago ...