La Belgrano a la tarde. Foto. Google. Retocada “Algunos juraban que había conocido a los protagonistas de la historia misma: que había jugado al truco con José de San Martín…” En el café de la esquina, que ya no era esquina porque la Belgrano lo había desbordado, Sofanor mezclaba las cartas como un sacerdote preparando el rito. Los otros parroquianos lo observaban con la misma atención que se reserva a los profetas o a los locos, aunque en el barrio solían confundirse con frecuencia y nadie sabía si era profeta, loco o los dos al mismo tiempo. El hombre tenía una habilidad especial para los relatos. Algunos juraban que había conocido a los protagonistas de la historia misma: que había jugado al truco con José de San Martín, discutido de política con Juan Manuel de Rosas y brindado con una copa de oporto con el mismísimo Jorge Luis Borges. Otros, más escépticos, decían que era un embaucador talentoso, un “mitómano con encanto”, decían. —Les voy a contar de la noche que refundé Santiago ...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero