Alfonso Nassif |
Alfonso Nassif
No sé de qué estoy vivo.
Vengo a visitar los días
y el tiempo olvidó memorias por mis ojos.
Debo dejar la soledad intacta,
borrar mi silencio habitado.
Existo.
Es la señal.
Se puede morir en el mismo dibujo
y tu rostro
apenas un complemento del destino,
un paso por la sangre
un relámpago hacia nosotros,
con todo el infinito al cual no volvereos
para intentar de nuevo ser principio.
Es la señal.
Se puede morir en el mismo dibujo
y tu rostro
apenas un complemento del destino,
un paso por la sangre
un relámpago hacia nosotros,
con todo el infinito al cual no volvereos
para intentar de nuevo ser principio.
Y el día converge
en el sitio preciso adonde espero.
Pongo un sueño adentro de otro sueño,
con la muerte suspensa
a mitad del cansancio.
Hay un silencio que ha nacido
para decir amor y volver al silencio.
Y todo está a los pies de la ausencia:
un escombro de días adentro de otros días,
una espera voraz,
y el tiempo se detiene.
en el sitio preciso adonde espero.
Pongo un sueño adentro de otro sueño,
con la muerte suspensa
a mitad del cansancio.
Hay un silencio que ha nacido
para decir amor y volver al silencio.
Y todo está a los pies de la ausencia:
un escombro de días adentro de otros días,
una espera voraz,
y el tiempo se detiene.
Paso a trasluz de mi esperanza,
atravieso mi voz
y sigo mi camino.
atravieso mi voz
y sigo mi camino.
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