Chiste verdadero |
Empezó como una duda acerca de la efectividad de las inmunizaciones contra el coronavirus y ahora va por todo
El antivacunismo extremo es, por definición, una de las tantas teorías conspirativas que dan vueltas en el mundo, realimentándose de sus propios mitos y mentiras. Empezó como una duda —más o menos— razonable: las vacunas contra el coronavirus no fueron lo suficientemente probadas como para inocularnos sin riesgos colaterales.Hasta ahí, todo bien. Era cuestión de convencerlos de que, por lógica, no hubo tiempo de hacer todas las pruebas, pues suelen llevar al menos 10 años de experimentaciones. Una mayoría confió en que, si bien dentro de un tiempo habrá mejores vacunas contra el coronavirus, en el mientras tanto, debíamos inocularnos con las que había.
Entonces, por esos canales de internet malditos que circulan constantemente como un río sin fin, les dijeron que no se dejaran convencer. Hay un poder mundial que supuestamente quiere aniquilarnos a todos y lo logrará por medio de la vacuna.
¿Sus pruebas? Difusas teorías expuestas por aparentes médicos, avalados por ignotas asociaciones mundiales, dichas con un tono tan convincente, que al terminar de mirar los vídeos que envían por internet, uno queda persuadido no solamente de que las vacunas terminarán con la humanidad, sino que la Tierra es plana, el hombre no llegó a la Luna y Alfredo Yabrán vive regiamente en una isla del Caribe, haciéndose ventilar el pito con veinte bellas nativas.
Hablan con una seguridad total, como si fueran médicos con 30 años de experiencia, ochenta cursos realizados, asistencia a 200 simposios y 20 mil agradecidos pacientes curados por ellos. En muchos casos lo único que saben de medicina es decir estreptocarbocaftiazol sin trabarse en el intento. Después la palabra “gasa” no saben si con ese, con zeta, con hache en el medio. Pero se tiran de expertos.
El peligro es que han convertido a muchos, en antivacunas totales que no aceptan la Sabin, la antivariólica, la del sarampión. Ninguna. Con una seguridad que da miedo, son capaces de afirmar que uno de cada 300 chicos tiene autismo debido a las vacunas. Si se les señala que eso da como resultado un alumno y pico, autista por escuela, dicen que es exactamente así, pero no se sabe porque el Estado lo oculta.
Han fanatizado para desconfiar de los médicos a otros, que ni siquiera llevan a sus niños a las revisiones de práctica cuando son recién nacidos. Y no son madres de barrios alejados las que así piensan, sino, en su mayoría, gente con instrucción, profesionales, exitosos comerciantes. Prefieren creer en un manochanta atroz, en un homeópata cualquiera, antes que curarse con médicos hechos y derechos, con años de práctica en hospitales, clínicas y otros centros de curación.
Uno de los males que provoca internet a veces, es poner en manos de ignorantes, información con la que no pueden lidiar, no están preparados para oir algunos de los balbuceos de los de 150 palabras en el vocabulario de los conductores o gurúes de la tele, mucho menos para discernir en libertad, el guitarreo cruel de un supuesto médico de no sé dónde, hablando en contra de las vacunas, sólo porque se le ocurre que detrás del trono, los mismos de siempre están agazapados para terminar con la humanidad.
Hay que tener cuidado con esos tipos, uno al menos llegó a Presidente de los Estados Unidos.
©Juan Manuel Aragón
Hablan con una seguridad total, como si fueran médicos con 30 años de experiencia, ochenta cursos realizados, asistencia a 200 simposios y 20 mil agradecidos pacientes curados por ellos. En muchos casos lo único que saben de medicina es decir estreptocarbocaftiazol sin trabarse en el intento. Después la palabra “gasa” no saben si con ese, con zeta, con hache en el medio. Pero se tiran de expertos.
El peligro es que han convertido a muchos, en antivacunas totales que no aceptan la Sabin, la antivariólica, la del sarampión. Ninguna. Con una seguridad que da miedo, son capaces de afirmar que uno de cada 300 chicos tiene autismo debido a las vacunas. Si se les señala que eso da como resultado un alumno y pico, autista por escuela, dicen que es exactamente así, pero no se sabe porque el Estado lo oculta.
Han fanatizado para desconfiar de los médicos a otros, que ni siquiera llevan a sus niños a las revisiones de práctica cuando son recién nacidos. Y no son madres de barrios alejados las que así piensan, sino, en su mayoría, gente con instrucción, profesionales, exitosos comerciantes. Prefieren creer en un manochanta atroz, en un homeópata cualquiera, antes que curarse con médicos hechos y derechos, con años de práctica en hospitales, clínicas y otros centros de curación.
Uno de los males que provoca internet a veces, es poner en manos de ignorantes, información con la que no pueden lidiar, no están preparados para oir algunos de los balbuceos de los de 150 palabras en el vocabulario de los conductores o gurúes de la tele, mucho menos para discernir en libertad, el guitarreo cruel de un supuesto médico de no sé dónde, hablando en contra de las vacunas, sólo porque se le ocurre que detrás del trono, los mismos de siempre están agazapados para terminar con la humanidad.
Hay que tener cuidado con esos tipos, uno al menos llegó a Presidente de los Estados Unidos.
©Juan Manuel Aragón
Excelente nota! Nunca mejor expresado! Además no les alcanza con ser idiotas, sino que tratan de estupidizar a los que no tienen igual posición respecto al tema!
ResponderEliminarMuy buena nota. ¡ Excelente !. Muy claros los conceptos. No hace falta agregar nada más. Esta todo dicho al rrespecto.
ResponderEliminar¡ Te felicito !
Excelente nota gracias
ResponderEliminarJuan Manuel, generalizaste una situación definida antivacunas Covid, con otra delirante de antivacunas totales. Es cierto que la anticovid no pasa de ser una inyección experimental, porque no tiene la fase III, y está en cada uno tirarse el lance de que sea inocua. Aquí no hay grandes conspiraciones, sino grandes ignorantes, toda la información está en internet y no me refiero a los tiracuetes sino la técnica real sobre biología etc. Es cuestión de hacer a un lado el miedo provocado por las falsas estadísticas del gobierno entre otras y mirar de frente al enemigo porque si le das la espalda te va a pegar donde el quiera. Un abrazo.
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