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CUENTO La chica del frente

Ilustración

“Empieza a salir la carne y todos se acomodan en sus lugares, tres o cuatro caballetes sosteniendo una tabla y las sillas del comedor”

Todo va bien hasta que llega la chica. Está invitado a comer en lo de los López. Asado en el patio de la casa. Repasador al hombro, gran cuchillo de cocina en una mano, el viejo López da vuelta las costillas, vigila los chinchulines, fiscaliza el chorizo, la parrilla bajo control. No es el único invitado. Hay otra gente también. Cumpleaños de doña Rosaura, la esposa del viejo López. Hay quesito y salamín para ir picando mientras se terminaba de asar la carne. Las conversaciones son las de siempre, los amigos que ya no están, el tiempo loco, que un día llueve y al día siguiente hay un sol rajante, el último chisme, algo de política, asuntos banales.
Empieza a salir la carne y todos se acomodan en sus lugares, tres o cuatro caballetes sosteniendo una tabla y las sillas del comedor. Están empezando a comer cuando llega la chica, que había estado durmiendo hasta esa hora. Todos le dicen que está linda. Realmente es linda. Podría ser su tío, piensa, un tío viejo quizás, pero no es. Ella se sienta justo enfrente. Dos o tres veces, advierte que ella lo observa, lo relojea. La próxima vez va a saber, se dice. Y justo cuando ella lo está vichando, le cruza la mirada, ella se da cuenta y le sonríe sin pudor, Mirarla es un pecado como para merecer el peor de los infiernos. ¿Edad? Pongalé 22, 23 años, no más.
En eso están, mirada va, mirada viene, cuando comienza a sentir algo en las pantorrillas, como si lo estuvieran acariciando por debajo de la mesa. ¡Uy!, mira para el lado de la chica, que se hace la tonta, como si nada pasara.
¡Qué momento!
Retira un poco la pierna y un rato esa caricia se calma, luego continúa. Vuelve a retirar la pierna y vuelve con más fuerza.
La cabeza le va a mil por hora, se ratonea. Empieza a fantasear mientras la mira fijo, por encima de la ensalada de papa y huevo. Se imagina con ella en el Brasil, playa, cocoteros, un mar traslúcido, un velero pasando a lo lejos y el amor dando vueltas en el aire.
Mira a la derecha, mira a la izquierda y él también le empieza a acariciar la pierna qué tanto. Si quiere guerra, vamos a la guerra, se entusiasma. La vuelve a mirar fijo a la cara, pero ella se hace la tonta con una categoría superior. Se vé que es chica acostumbrada a esos menjunjes. De repente ella empieza a subir la pierna y se quiere volver loco. Zarpada la flaca. El mediodía se ha convertido en un fuego. Refriega la pierna contra la suya con fuerza. Él piensa que es una llamada de la selva, lujuriosa y repleta de vericuetos para jugar a las escondidas.
La imaginación va a mil por hora, como suele suceder en esos momentos. Lo que más enloquece es la cara de nada que pone ella, como si no estuviera enterada de nada. La imagina durmiendo a su lado, después de. Un rayo de luna le moja la espalda, los cabellos revueltos son un laberinto en el que pierde sus dedos, intentando aprehender tanta hermosura.
Pero, ha visto cómo es uno, ¿no? En un momento la curiosidad lo puede y se agacha para mirar bajo el mantel. El dueño de casa le pregunta:
—¿Pasa algo?
Sorprendido, atina a decir:
—No, nada, el perrito juega con mi pantalón.
El hombre pega el grito:
—Fuera Boby, vaya a la cucha.
Después todo bien.
Normal.
Juan Manuel Aragón
A 23 de marzo del 2025, en la Besares y Belgrano, La Banda. Esperando el 21.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

  1. !!!" ESTO ES UNA ANECDOTA DE ANTAÑO¡¡¡(EN EPOCA EN QUE LA IMGINACION ERA SENSIBLE)

    JAAAA,AHORA ESTA MAS DIFICIL CONSEGUIR PAÑALES DESCARTABLES Y MAS FACIL CONSEGUIR SEXO DE TODO TIPO.!!!!!VIVA LA LIBERTAD CARAJO!!!

    ResponderEliminar
  2. Es muy posible que la dama en cuestion haya sido Dionisio(el primer travesti santiagueño)y que el acosado era tan inocente que no supo diferenciar las desigualdades.

    ResponderEliminar

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