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OPINIÓN: Tranquilo San Ramón

El pueblito


Hay un pueblo casi pegado a La Banda, al que valdría la pena mudarse

San Ramón y la Dársena, en el departamento Banda deberían figurar, quizás, entre los lugares más bellos de Santiago, para quien quiere, necesita o le han recetado un poco de naturaleza, todos los servicios, higiene en las calles, tranquilidad, mucho verde, vecinos sin vueltas y cercanía con la capital. Lo mismo que Vilmer, el pueblito se caracteriza por sus calles ordenadas, la ausencia casi total de basura y plásticos tirados en las calles, gente amable y negocios limpios, prolijos.
Ignoro quién será el comisionado municipal, me tiene sin cuidado si es Juan, Pedro o Diego, esta nota no es para alabar a un político: se escribió con el fin de señalar el acierto de cientos de vecinos que se pusieron de acuerdo para ensuciar lo menos posible el lugar en que viven. En auto se demora no más de 10 minutos en llegar a La Banda y en cinco minutos más se puede estacionar cerca de la plaza de Santiago.
Es casi un nudo de caminos, pues tiene cerca la estratégica ruta 34 que lleva tanto al norte como a Rosario o Buenos Aires. A pocos kilómetros queda la ruta 9 y en la estación de La Banda se aborda el tren, tanto con destino a Tucumán como a cualquiera de las estaciones del ferrocarril Mitre.
El único inconveniente es que al sur queda La Banda, ciudad que paulatinamente se fue convirtiendo en un basural a cielo abierto, los baches que se deben afrontar son verdaderos cráteres y la suciedad es una constante en casi todas sus calles. El visitante se preguntará si San Ramón y La Dársena brillan con luz propia o se enriquecen con el contraste que les hace La Banda. Algo de eso quizás se quiera notar, pero es indudable que este pequeño rincón de Santiago del Estero es un pequeño paraíso cercano al movimiento incesante de las dos ciudades más grandes de la provincia.
Como dijo una vecina, consultada por Ramírez de Velasco: “Es un lugar ideal para criar chicos, pueden jugar a la pelota en la calle, ir solos a la escuela, andar en bicicleta tranquilamente por el pueblo, casi todos nos conocemos y siempre alguien está viendo qué hacen los pequeños”. En La Dársena, ya se sabe, hay numerosas fincas, que es como llaman en Santiago a las casas de fin semana con algo de patio verde, asador y piscina. No pocos vecinos tienen sus cultivos de sandía, melón y en cualquier tiempo del año es posible hallar frutas o verduras frescas y a buen precio.
En suma, un lugar ideal para comprar un lote. construir una casa, hacer un hogar y formar una familia o simplemente tener un sitio de descanso para los sábados, domingos y fiestas de guardar, iluminado de noche, sombreado de día, seguro, sin conflictos, sin ruido de autos ni manifestaciones ni apretujones en las calles para comprar un muslo de pollo, pues las gallinas se pueden criar tranquilamente en el fondo de la casa. O cultivar lechuga y pimientos en el patio. O sentarse en la reposera a mirar cómo pasa la vida.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. No puedo creer haya un lugar así, debe ser hermoso,gracias x compartir esta nota.

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  2. La superficie a que remite "San Ramón y La Dársena" es mucho mayor que la comprendida por los enclaves de las localidades en sí. Hay zonas donde la descripción no se ajusta. Incluso si nos paramos en el punto de la foto, girando a lo sumo 10 grados hacia le derecha, veríamos una acequia bastante contaminada, especialmente con residuos plásticos.

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