Ir al contenido principal

RECETAS Mousse de chocolate

El recorte

Un clásico de la cocina de todos los países del mundo, explicado en pocos pasos

Vamos, amigos, por un clásico de la cocina santiagueña, argentina, americana y quizás mundial, la famosa y nunca bien ponderada mousse de chocolate, que gusta a chicos y grandes y es ideal para ejercitar el pecado de la gula. Apareció en el diario La Gaceta seguramente, porque era el que compraba mi abuela, nacida en Esperanza, Santa Fe, criada en Santiago del Estero y que se fue con mi abuelo a Tucumán cuando se casó.
Ingredientes. 100 gramos de chocolate, 100 gramos de azúcar, 1 yema de huevo, 2 claras batidas a nieve.
Preparación. Derretir a baño María, en una cacerola, el chocolate, cuando forme una pasta, agregarle el azúcar y cuando se derrita, la yema de huevo. Dejar que entibie y agregarle dos cucharadas de las claras batidas y batir fuertemente hasta que la crema se haga homogénea. Añadir luego el resto de claras y levantar la crema sin batir. Servir fría.
Se dice fácil, pero justamente las preparaciones sencillas son las más difíciles, porque requieren una mano especial, que se adquiere con mucha práctica y, sobre todo, amor por los comensales.
Esta sección se despide de sus lectores hasta el año que viene. Tengan todos una feliz fiesta bonita, en paz y tranquilidad. No tomen mucho, cuídense y recuerden siempre que Diosito los está mirando. Aunque sean por eso, no hagan macanas ni hoy ni nunca.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.