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DAMASCO Mueren cristianos en un atentado yihadista

Los cristianos son perseguidos

Un terrorista suicida irrumpió en el templo durante la misa del domingo, disparó contra los fieles y activó su cinturón de explosivos

Nota sin firma en Info Vaticana
Un nuevo y trágico atentado perpetrado este domingo contra la Iglesia de San Elías, de rito griego ortodoxo, en el histórico barrio cristiano de Bab Tuma, en Damasco, ha dejado ya más de 22 muertos y al menos 52 heridos, según las autoridades sanitarias sirias.
El agresor, identificado como un terrorista suicida ligado al Estado Islámico, irrumpió en la iglesia durante la misa dominical, disparando indiscriminadamente contra los fieles antes de activar su cinturón de explosivos. El templo no tenía controles de seguridad reforzados, lo que facilitó la masacre.
Este atentado no es un hecho aislado. Desde el derrocamiento del régimen de Bashar al Asad en diciembre pasado, Siria vive momentos de extrema fragilidad. Las minorías —entre ellas los cristianos —se han convertido en blanco preferente, víctimas de la violencia sectaria y del resurgimiento de células yihadistas que buscan desestabilizar todo el tejido social.
Los Patriarcas de las Iglesias sirias emitieron hace meses un enérgico llamamiento para interrumpir estas masacres, denunciando el derramamiento de sangre inocente y reclamando “la reconciliación nacional como única vía hacia la paz”.
El derramamiento de sangre inocente es una afrenta no sólo a la humanidad, sino al espíritu mismo de la civilización cristiana. El martirio de estos fieles debe resonar en nuestras oraciones y compromisos de solidaridad, pues sus vidas fueron entregadas como “semilla de la Iglesia”, con la certeza cristiana de que el sufrimiento no triunfa sin el triunfo de la resurrección.
La Iglesia en Siria, con siglos de presencia cristiana, eleva una plegaria por la paz y la estabilidad. Organismos como Ayuda a la Iglesia Necesitada insisten en la necesidad de proteger al pueblo cristiano y preservar su legado social y cultural frente al caos provocado por intereses geopolíticos y un nuevo gobierno islamista que está provocando el caos.
Ramírez de Velasco®

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