Ilustración Un vínculo que desafía las fronteras del afecto y arrastra al protagonista a un territorio incierto Ahora que ha pasado agua bajo el puente de la vida, no me importa que vayan con el cuento a mostrarte este escrito: durante dos años, después de nuestra última despedida, te soñé noche tras noche. Nos teníamos como antes, como debió haber sido hasta el final, porque habíamos planeado morir jóvenes. Poca gente recorre ese camino indemne. Son los tiempos modernos, que llegan para cambiarnos; la vida promete algo más allá y uno se entusiasma con hacer el trayecto en soledad. Todos creían que vos me habías dejado. Han pasado los años y lo voy a decir, total ya no importa, nadie nos recuerda juntos: te abandoné porque eras una compañía malsana, no me hacías bien y quería saber qué se sentía estar lejos de vos, algo que nunca habíamos hecho desde la primera vez que nos vimos. Me arrepiento de haberte conocido. Hice muchas tonterías en mi vida: me embriagué con el vino de la alegría...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero