El autor en su elemento |
Por Juan Carlos Carabajal
Esencialmente por mi condición de santiagueño que lleva en la sangre el mandato de mis mayores y de la gente que habita en esta tierra bendita. Por la emoción que me produce cuando escucho a Juanita Simón y a sus hermanos, a don Sixto hablando el dulce idioma quichua y a su violín desgranando melodías centenarias y Carlos y Graciela Carabajal cantando la vidala “Te hei vuelto a ver”.
Soy folklorista porque desde mi tierna infancia escuché en una radio a batería a don Eduardo Falú tocar “La cuartelera” y a don Atahualpa cantar “El arriero” y a los músicos del pueblito El Pértigo interpretar algún chamamecito retozón para que bailara la paisanada. De vez en cuando aparecía don Leandro Mansilla con su guitarra y me asombraba cantando la chacarera del Mishky Mayu. Un día vino un paisano de la capital, pidió una guitarra y cantó el tema que estaba de moda: la zamba “Qué lindo se ha puesto el pago” de don Manuel Jugo. Escena inolvidable que con sólo recordarla se me calienta el alma.
No podría haber sido otra cosa que folklorista si don Miguel Simón no me llamaba un día a su casa y me daba una melodía de gato que con mi letra se transformó en “Te dejo mi adiós”. Me emociona recordar la fiesta en homenaje a San José los diecinueves de marzo en Sauce Solo, un escondido paraje loretano y ver a la gente bailar una chacarera a la manera tradicional como lo aprendieron de sus mayores y sin atisbos de academia alguna. También a la madre en un patio de tierra enseñar con amoroso gesto a su changuito las vueltas de la coreografía de un gato.
No hubo elección en esto de ser folklorista, simplemente a edad temprana me dediqué a cultivar la música y la poesía teniendo como ejemplo a tanto poeta y músico talentoso que ha parido esta tierra sin igual.
Por mi parte hice lo mío cuya validez no puedo justipreciar, tan solamente vertí sobre el papel lo que me dictaban mis emociones y sentimientos. Tal vez cuando me vaya para el silencio quede alguna línea de mis canciones en la memoria de mi pueblo. Tal vez, quien dice.
©El autor.
No hubo elección en esto de ser folklorista, simplemente a edad temprana me dediqué a cultivar la música y la poesía teniendo como ejemplo a tanto poeta y músico talentoso que ha parido esta tierra sin igual.
Por mi parte hice lo mío cuya validez no puedo justipreciar, tan solamente vertí sobre el papel lo que me dictaban mis emociones y sentimientos. Tal vez cuando me vaya para el silencio quede alguna línea de mis canciones en la memoria de mi pueblo. Tal vez, quien dice.
©El autor.
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