El aquinate |
El 7 de marzo de 1274 murió santo Tomás de Aquino, presbítero, fraile, teólogo y filósofo católico
El 7 de marzo de 1274 murió Santo Tomás de Aquino. Fue un presbítero, fraile, teólogo y filósofo católico de la Orden de Predicadores, también llamados dominicos. Es el principal representante de la enseñanza escolástica y una de las mayores figuras de la teología sistemática. Como metafísico, su obra es una de las más citadas del siglo XIII, y es referencia de las escuelas del pensamiento tomista y neotomista.La Iglesia católica lo nombró Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad y sostiene que su obra es fundamental para los estudios de filosofía y teología. Fue el principal defensor clásico de la teología natural.Nació en el castillo de Roccaseca, Italia, entre el 1224 y 1225. Era hijo de los condes de Aquino y recibió su primera educación religiosa y científica en la abadía de Montecasino, para pasar después a la universidad de Nápoles. En contacto con fray Juan de San Juliano causó que frecuentase a los hermanos predicadores, cuando tenía 16 años. Fue el principio de su vocación a la vida religiosa. A los diecinueve años ingresó en la Orden de Predicadores.Su familia se oponía, por lo que lo secuestró y lo puso en un calabozo durante seis meses en el castillo de Roccaseca, poniendo a prueba su templanza y su vocación. También fue interpelado frente a los maestros de París, que no le permitían la docencia en la universidad por su condición de fraile mendicante.
Por indicación de fray Juan Teutónico, maestro de la Orden, terminó sus estudios en París y Colonia, bajo la guía de fray Alberto Magno, que lo convenció de la necesidad de profundizar en Aristóteles, el filósofo de la razón, la razón es don de Dios y a él debe ordenarse.
A los 32 años ya era maestro de teología de París. Para él, la Palabra de Dios en la Escritura tiene la primacía sobre las otras ciencias, y hace de la oración la fuente más fecunda de sus investigaciones. Mientras vivía en París, junto a los hermanos Predicadores elaboran en comunidad filosofía y teología, para después hacerla presente en la universidad.
Escribió muchas obras que destacaron por su profundidad, admirando a maestros y estudiantes por la claridad, la distinción, la sutileza y la verdad con la que explicaba distintas materias, como se aprecia en los cuatro grandes libros que escribió sobre el Maestro de las Sentencias.
En estos años dio de sí tales muestras arguyendo, discutiendo y respondiendo que, según el sentir de la universidad, sólo Dios podía dar tanto ingenio. Tenía fama en toda Europa, de todas partes iban a estudiar a la Sorbona y luego regresaban a sus tierras alabando su sabiduría.
Después de París fue docente en Roma y en Nápoles y dejó, entre otras obras la Suma Teológica.
Murió en la abadía de Fossanova el 7 de marzo de 1274 cuando iba al concilio de Lyon. Fue canonizado el 18 de julio de 1323 por Juan XXII. San Pío V, el 11 de abril de 1567, lo declaró Doctor de la Iglesia. León XIII, el 4 de agosto de 1880, lo proclamó patrón de todas las universidades y escuelas católicas.
La recepción de su obra favoreció la compatibilidad entre el pensamiento aristotélico y la fe católica, por lo que se dice que bautizó a Aristóteles. También fue influido por el platonismo de Agustín de Hipona, y del aristotelismo de Averroes y de Maimónides, a quienes tomaba como autoridades.
La Summa theologiae es un compendio de la doctrina católica: allí trata 495 cuestiones divididas en artículos, y la Summa contra gentiles, compendio de apología filosófica de la fe católica, con 410 capítulos agrupados en cuatro libros, redactado a petición de Raimundo de Peñafort.
©Juan Manuel Aragón
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