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El 3 de diciembre de 1975 los montoneros matan al general Jorge Esteban Cáceres Monié y su esposa cuando atraviesa en balsa el arroyo Las Conchas
El 3 de diciembre de 1975 los montoneros mataron al general Jorge Esteban Cáceres Monié y su esposa. Fue a las 7 de la tarde en el camino de Villa Urquiza a Paraná, provincia de Entre Ríos, cuando estaban en su camioneta atravesando en balsa el arroyo Las Conchas.El 10 de diciembre de ese año, Montoneros publicó un comunicado reivindicando la ejecución del hecho en la revista “Evita Montonera”.Además de sus cargos en el Ejército, Cáceres había sido jefe de la Policía Federal Argentina entre 1970 y 1971 y en marzo de 1971 había sido uno de los protagonistas de la destitución del presidente Roberto Marcelo Levingston.Su último destino antes de retirarse en 1972, había sido comandante del II Cuerpo de Ejército. Estaba casado con Beatriz Isabel Sasiain, con la que tenía un hijo. Vivía en un chalet de Villa Urquiza, a 20 kilómetros al norte de Paraná. Su hermano José Rafael Cáceres Monié fue funcionario público en las presidencias de Frondizi, Onganía, Levingston y Lanusse.
Los terroristas asesinos primero pensaron matarlo en su quinta, pero luego cambiaron el plan. El 3 de diciembre de 1975 Cáceres Monié manejaba su camioneta, iba con su esposa desde Villa Urquiza hacia Paraná, para lo cual debía atravesar el arroyo Las Conchas. Cuando estaban sentados en la cabina del vehículo, ubicado sobre la balsa en la que se cruzaba el arroyo y esta había comenzado a moverse, llegó un Ford Falcon que lo chocó, dejándolo fuera de la balsa. Del Falcon bajaron cinco asesinos que los atacaron con armas de fuego, causándoles graves heridas mientras el balsero, Américo Benavídez se arrojó al arroyo.
Luego el militar fue sacado de la camioneta y rematado por un hombre y una mujer con un revólver 38. Los guerrilleros se fueron hasta la orilla opuesta, dejaron al militar en la balsa y siguieron en un auto y en la camioneta llevando a su esposa gravemente herida con dos disparos para arrojarla en una zanja a unos 15 kilómetros del lugar, donde por casualidad fue hallada muerta, posiblemente desangrada, por un vecino.
El 5 de diciembre se conoció un comunicado conjunto del Comando Superior y el Consejo Nacional del Partido Justicialista ―firmado por la presidenta María Estela Martínez de Perón,e entre otros―, en el cual rendían un homenaje al Ejército y sus muertos, y condenaban el asesinato. Entre otros conceptos el comunicado decía que: “El cobarde asesinato constituye un nuevo acto de salvajismo perpetrado por fuerzas apátridas e integradas por cobardes mercenarios que atentan contra la patria y su pueblo”. Y rendía un homenaje al Ejército y sus muertos.
El 6 de diciembre, el diario La Prensa, que también había consignado las muertes en primera plana, mencionó una declaración conjunta de los partidos Unión Cívica Radical, Revolucionario Cristiano, Popular Cristiano, Línea Popular, Comunista, Socialista Popular, Intransigente y Socialista Democrático, que manifestaban su protesta a esas acciones y en especial su condenación al hecho incalificable de la muerte de Cáceres Monié y su esposa.
Las fuerzas de seguridad bloquearon rutas y patrullaron lugares a los que podrían haber huido los asesinos y detuvieron a varias personas. Los jueces que podían entender en la causa se excusaron y por eso se recurrió a un abogado designado al efecto, Julio Federik, que años después recordó: “Me tocó producir la prueba de la defensa en la causa Cáceres Monié. Fueron los ocho meses más terribles de mi vida”.
Años después la familia de los muertos pidió que el crimen fuera declarado de lesa humanidad y que se continuara investigando como “terrorismo de Estado” pues había sido producido con el financiamiento de un gobierno extranjero, Cuba, en la Argentina, pero el pedido fue denegado.
©Juan Manuel Aragón
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