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Saquitos de mate cocido |
La bebida con que empiezas el día, mejor si es con pan francés de ayer, pero si no, no importa, porque en seco también tiene su gracia
Endulzas apenas el mate cocido con que desayunas tus mañanas. Una cucharadita de té, no muy llena de azúcar y nada más. Cuando lo tomas, sientes un calor que baja por el cuerpo, dejando el día en su exacto lugar. Si tienes un pedazo de pan francés de ayer, mejor, pero si no, beberlo en seco también tiene su gracia, aunque te queme un poco la lengua.Se sabe, es una bebida que no admite grandes lujos, por eso alcanza con una taza enlozada o de las baratitas que venden en los negocios de Todo por dos pesos. En sí misma es una bebida que te conecta con lo más profundo de lo que somos de este lado del mundo, mitad criollos, mitad gringos, mitad árabes, mitad italianos, mitad y mitad de todas las mitades que dan vueltas por el mundo, que son y han sido, pero que reconoce en los españoles de la Conquista y en los indios, nuestros antepasados, su primer origen, el nudo central, la flor y nata de la esencia de uno, como quien dice.No hay razón para tu desayuno, lo tomas porque te gusta. Entre la leche con chocolate de tu hija y el café con leche de tu mujer, eliges el mate cocido porque sí y porque lo compartes con tu chango. O porque sientes que un ligero dolor de cabeza te invade al mediodía cuando lo salteas.
Los puristas sostienen que se prepara con un puñadito de yerba en agua puesta en el fuego y que se retira justo antes de que hierva. Colado se sirve sobre la taza y ¡vualá, amigos!, así es uno tradicional. Para abreviar el trámite, tu mujer compra en el supermercado saquitos, como los de té, más fáciles de preparar y con un gusto casi idéntico. Para qué complicarse la vida, piensas, si los inventos de la modernidad te la hacen fácil, sencilla y cómoda.
Cuando desayunas sientes que el día baja por tu garganta, de ahí al estómago y por medio de conductos invisibles y mágicos llega hasta el punto central del cerebro, ese que te dice que estás conectado de manera invisible con tu padre, que tomaba lo mismo cada mañana y tu abuelo y millones de argentinos a los que sientes, por esta y otras razones de las que no vale la pena alabarse, hermanos por la sangre, la tierra y la bandera.
Juan Manuel Aragón
A 27 de mayo del 2025, en el Utis. Sombreando bajo una planta de tala.
Ramírez de Velasco®
Sí, señor. Un buen mate cocido hace que uno se sienta bien, por la mañana y por la tarde. En muchos casos, por necesidad o por gusto, el mate cocido puede ser también la cena.
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