Ir al contenido principal

BIOGRAFÍA Gerardo Montenegro

Gerardo Montenegro

Breve pantallazo sobre la vida del presbítero Gerardo Demóstenes Antonio Montenegro


Por Roberto Arévalo*
Gerardo Demóstenes Antonio Montenegro, tal es su nombre completo, nació en Santiago del Estero el 26 de enero de 1935. Desde niño vivió su vida espiritual junto a la iglesia Catedral, aspirante, joven, hombre y dirigente de la Acción Católica.
La cultura y su fe religiosa son los pilares básicos de su portentosa personalidad.
En cuando a la actividad literaria, Ricardo Dino Taralli, junto a Luis Celestino Alén Lascano, autores del libro “La narrativa histórica de Santiago del Estero” (1998), la resumen de la siguiente manera: “… Integró el equipo de historiadores del noroeste cultural, habiéndose contado entre los fundadores de este organismo”. Obras. “Relatos de Navidad” (1969), incluido con dos relatos premiados. Publicó sus trabajos en Norte, de Tucumán, en páginas culturales de El Liberal, en Cuadernos de Cultura Municipal de Santiago del Estero.
Sus trabajos “Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa. LaVirgen de los santiagueños” y “El santuario de Nuestra Señora de Loreto”, fueron incluidos en el libro “Historia de la Iglesia en Santiago del Estero”, de José Néstor Achával, y en “La narrativa histórica de Santiago del Estero”, de Alén Lascano y Taralli. El cuento “El Guasito”, está insertado en “Narradores de Santiago del Estero” de Taralli.
cupó numerosos cargos públicos y representaciones: director de Cultura de la Provincia, director de la biblioteca 9 de Julio, organizador del II y III cursillo sobre organización de bibliotecas, dictado por Guillermo Jacobo Kreibohn, de la Universidad de Tucumán.
Participó en Comodoro Rivadavia del encuentro de los directores de cultura de las regiones de la Patagonia y el noroeste del país en 1969. En 1985 fue designado delegado de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y lugares Históricos de la provincia de Santiago del Estero, entre tantas otras actividades culturales.
En lo que hace a su vida religiosa, fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1978 en la Catedral Metropolitana de Paraná. La parroquia de Santa Rosa de Villaguay fue su primer destino, donde cumplió una proficua labor pastoral. En Santiago del Estero fue designado párroco de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, donde puso a prueba su talento y su capacidad organizativa.
Desde 1980 ejerce los sagrados ministerios en la Catedral, convirtiéndose en un entusiasta propulsor de las más variadas asociaciones religiosas, logrando afianzar su liderazgo en la comunidad.
Catedrático de institutos de enseñanza, capellán del penal de mujer donde, por su iniciativa se construyó una capilla, primer capellán de la municipalidad de la Capital, fundador del colegio primario “Medalla Milagrosa” en el barrio Juan Felipe Ibarra, parroquia Sagrado Corazón de Jesús, fundador del colegio secundario “Sagrado Corazón de Jesús” y su anexo en la capilla de Luján.
Además, es permanente colaborador en las noticias católicas en todos los medios de comunicación de Santiago.
Gerardo Montenegro es un sacerdote estudioso, con muchas inquietudes, trabajador incansable, consustanciado con su tierra íntimamente ligada a sus afectos.
*De "Santiagueños notables - Antología II".

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...

FURIA Marcianos del micrófono y la banca

Comedor del Hotel de Inmigrantes, Buenos Aires, 1910 Creen saber lo que piensa el pueblo sólo porque lo nombran una y otra vez desde su atril, lejos del barro en que vive el resto Desde las olímpicas alturas de un micrófono hablan de “la gente”, como si fueran seres superiores, extraterrestres tal vez, reyes o princesas de sangre azul. Cualquier cosa que les pregunten, salen con que “la gente de aquí”, “la gente de allá”, “la gente esto”, “la gente estotro”. ¿Quiénes se creen para arrogarse la calidad de intérpretes de “la gente”? Periodistas y políticos, unos y otros, al parecer suponen que tienen una condición distinta, un estado tan sumo que, uf, quién osará tocarles el culo con una caña tacuara, si ni siquiera les alcanza. Usted, que está leyendo esto, es “la gente”. Su vecino es “la gente”. La señora de la otra cuadra es “la gente”. Y así podría nombrarse a todos y cada uno de los que forman parte de esa casta inferior a ellos, supuestamente abyecta y vil, hasta dar la vuelta al m...

CONTEXTO La inteligencia del mal negada por comodidad

Hitler hace el saludo romano Presentar a Hitler como enfermo es una fácil excusa que impide comprender cómo una visión organizada del mundo movió a millones hacia un proyecto criminal De vez en cuando aparecen noticias, cada una más estrafalaria que la anterior, que intentan explicar los horrores cometidos por Adolfo Hitler mediante alguna enfermedad, una supuesta adicción a drogas o un trastorno psicológico o psiquiátrico. Sus autores suelen presentarse como bien intencionados: buscan razones biológicas o mentales para comprender el origen del mal. Sin embargo, esas razones funcionan, en cierta forma, como un mecanismo involuntario o voluntario quizás, de exculpación. Si hubiese actuado bajo el dominio de una enfermedad que alteraba su discernimiento, los crímenes quedarían desplazados hacia la patología y ya no hacia la voluntad que los decidió y la convicción que los sostuvo. En el fondo, ese gesto recuerda otros, cotidianos y comprensibles. Ocurre con algunas madres cuando descubre...