Pastoreando una majada |
A veces una palabra poco usada despierta viejos recuerdos
Hace poco han escrito en un diario del norte que el gobierno estaba por “aviar” las escuelas. Y recordé este verbo que usaban en el campo, allá lejos y hace tiempo, y se fue perdiendo. Mi abuelo solía prevenirnos, cuando íbamos lejos, que no olvidáramos llevar los avíos, que eran, esencialmente, el pan y la mortadela para el camino.El avío de un buen estudiante es haber repasado las lecciones hasta último momento antes del examen, el de un pintor, el ojo para saber cómo se miran los paisajes que están detrás de los ojos de sus retratados, el carpintero lleva entre sus escoplos, serruchos y lijas, las medidas de la gente para usar sillas, mesas y ventanas y los avíos del pastor son el cayado, nueces, pan y quizás aceitunas y queso para pasar el día.Se llamaban los avíos, porque eran los alimentos o los implementos que se usarían en la vía, que ahora le llaman el camino, la ruta, el rumbo, la carretera, el recorrido. En un viaje que hicimos con mi padre, de tres días de a caballo, por sendas perdidas de saladillos atroces, a mi hermano Eufemiano le tocó llevar los avíos en unas alforjas de lonilla, como se usaban entonces en el pago.
Con el acento en la primera “a”, los ´avios´, en el pago se sigue usando la palabra, pues sigue habiendo bolsones de buen hablar por todos lados, sobre todo a los que no llegan tanto la televisión, la radio, la internet que, al revés de lo que se supone, empobrecieron el idioma, dejando un tendal de gente que aprendió a firmar y nunca volvió a leer, salvo los carteles “Quiosco La Nena” o “Prohibido girar a la izquierda”. Y a veces ni eso.
Entre los avíos indispensables de mi mochila, siempre llevo una cámara de fotos, a pesar de que el teléfono cubre con creces esa función, también un inflador, por si pierde aire una rueda de la bicicleta, una honda por las dudas haya pajaritos o algo más grande para matar y llevar de trofeo a casa y una foto de mi mujer con mis hijos. Así, si muero, sepan en quién estaba pensando en el último instante.
©Juan Manuel Aragón
Hermosa forma de explicar el significado de esa palabra, con un remate final, para el aplauso. La importancia del alimento para el viaje y para el espíritu.
ResponderEliminarMe encanto el relato de la palabra,interesante, si recuerdo decían así en el campo, y no pienses vas a morir, pero si es hermoso lleves fotos,
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