Ir al contenido principal

DIÁLOGO Folklorista se busca

Carlos Di Fulvio

“Te contrato solamente por dos horas por semana para que toques folklore y creo que te vamos a pagar muy bien, así que dejate de embromar y oíme”


—Necesito uno para que toque la guitarra y cante en mi restaurante, todas las noches, pongamos desde las 10 hasta las 11 y media o medianoche. Es sólo los sábados y pagan 100 mil pesos por actuación. Si hay propinas son tuyas, obviamente.
—¿Todos los sábados o un sábado al mes?
—Todos los sábados. Una cadena de hoteles me va a mandar turistas todos los sábados, y te necesito para que toques folklore, porque ellos creen que las empanadas sólo se comen oyendo zambas, chacareras, chamamé.
—Ahí está el drama, amigo, yo toco solamente rock nacional, jazz, blues, hasta ahí nomás llego.
—No hay problema, en Santiago hay uno que toca folklore en cada cuadra…
—…esperá, ¿cuánto has dicho que pagas?
—Yo no pago nada, ¿ves?, no sabes conversar. Ahora oíme bien: una cadena de hoteles paga a un músico o banda musical, 100 mil pesos por actuación en mi restaurante, pero si no quieres, busco por otro lado.
—¿No puede ser rock nacional?
—A mí también me molesta que los gringos crean que para comer empanadas haya que oir zambas y chacareras como si hubiera una conexión secreta entre la música y el gusto de la comida. Hay gente que supone que no debe mandarse un asado si le ponen a Beethoven, o que es un pecado consumir una empanada santiagueña primero y un bocadito de sushi después. Pero esto es otra cosa.
—¿Qué es?
—Negocio. Todos los sábados me van a traer una carretillada de turistas con mucho vento, pero mucho, mucho en serio. Quieren comer asado, cabrito, lechón, empanadas, vino tinto y, entre lo que piden, pretenden que haya un tipo o varios, tocando folklore. He pensado en vos porque nos conocemos de toda la vida.
—Ofreceles otra cosa, más moderna, lo que se toca hoy en los recitales de rock, jazz, o folklore fusión que está pegando bien en Buenos Aires, Córdoba, Rosario.
—No papito. Quieren folklore tradicional, si es “Zamba de mi esperanza” y la chacarera “Añoranzas”, mejor. Si no puedes, ya te he dicho, no hay problema, hay miles que se matarían por 200 dólares cada actuación.
—¿Cuánto has dicho?
—Si divides 100 mil pesos por 500 que sale cada dólar, son 200 dólares por sábado. Pero, te repito, si no quieres hablemos de otra cosa.
—Pero hace mucho que no toco folklore.
—Con algo de práctica te va a volver a salir, tampoco pretenden un Eduardo Falú o un Carlos Di Fulvio.
—¿En serio no quieren ver el Santiago moderno, ahora que tenemos estadio, juega la Selección Nacional, tenemos una fecha del Campeonato Internacional de Motociclismo? ¿Creen que todavía hay indios aquí?
—Mirá papito, son gente de mucha guita, el otro día vinieron unos brasileros a jugar al golf en Las Termas, llegaron en varios jets privados, se hospedaron en los mejores hoteles, traían unas rubias hermosas, impresionantes y nadie les averiguó si eran las esposas o qué. Si me piden que me ponga plumas y taparrabo, lo hago, no hay drama.
—Bueno, voy a ver.
—No, dejá nomás. Esta noche llega el primer contingente y no puedo estar esperando que te decidas. El hermano de uno de mis mozos toca folklore…
—¡Eh no!, pará. Es que me tomas por sorpresa.
—No es difícil, tienes que pararte en el escenario y cantar como sabes. Esa gente no quiere que te pongas botas, bombacha y sombrero aludo, tampoco pretende un discurso tradicionalista ni nada de eso. Subes, anuncias: “Voy a cantar La Engañera, de Julio Argentino Jerez”, la cantas, después dices: “Ahora voy a interpretar La Telesita, de Andrés Chazarreta y Agustín Carabajal”, la cantas. Y así. En un momento dado te voy a hacer señas para que te bajes, entonces cantas una más, te despides y chau. Si te piden un bis, haces un bis o dos. Vienes a la caja, te doy tu platita y te vas a tu casa o a tocar rock, jazz, blues, cumbia, no me importa.
—¿Eso es todo?, ¿estás seguro?, mirá que es mucha guita.
—Eso es todo. Dicen que vienen a Santiago porque no les gusta lo de los salteños, que preguntan: “¿Hay alguien de Estocolmo?, ¡que levante la mano!” o “a ver quién cumple años”. Y después les tocan el “Feliz cumpleaños” al pelotudo que eligió justamente ese sábado para nacer. Los mozos míos no van a andar averiguando esas tonterías. Estos no quieren payasadas, solamente que cantes lo tuyo y te vayas, sin falsas camaraderías ni folklorismo de “huija rendija”.
—¿Cómo tengo que venir vestido?
—Normal, camisa o chomba, pantalón y zapatos.
—¿En serio es así de fácil?
—Esperá un poco, puede ser más fácil que eso, pero tienes que cumplir ciertas condiciones.
—¿Como cuáles?
—Es todos los sábados, sin faltar ni uno, haga frío, calor, llueva o truene, los gringos ahora vienen de a carradas a Santiago, y no los puedo dejar sin música folklórica.
—Pero a mi me suelen invitar al festival del…
—…vos cantas aquí los sábados de 10 de la noche en adelante y después si te vas a zapar con Charly García, sos el bajista del grupo “Los Yacansan” o la segunda guitarra de los “Acábenla”, no me interesa, es tu vida.
—Escuchá, acepto, está bien, ¡acepto!, pero reconocé que antes no te gustaba el folklore.
—¡Pucha!, ¡no habías entendido ni aca vos! Esto no se trata de lo que me gusta o no, esto es lo que me piden los clientes. Si vendo lencería femenina no voy a andar de corpiño y porque venda azúcar no quiere decir que tengo que morir diabético. Si las mujeres me piden corpiños negros, les vendo corpiños negros y si quieren solamente azúcar “Ledesma”, les vendo azúcar “Ledesma”. Te repito, es negocio. ¿Comprendes o te tengo que hacer un diagrama, un cuadro sinóptico?
—Ya voy entendiendo.
—Otra cosa, hay veces que vienen gringos más serios, quieren comer en silencio o con música funcional bien despacito. Esos días te voy a pagar igual, no vas a tocar y cuando estemos seguros de que no quieren música, te vas a ir. Eso sí, lo vas a lamentar.
—¡Ya veo que lo voy a lamentar!
—Me han dicho que dejan propinas más que generosas, el día que no toques no las vas a cobrar: parece que son el doble de lo que te voy a pagar yo.
—¿En serio no puedo tocar rock?, ¿ni uno?
—No, dejate de joder con eso. Te contrato solamente por dos horas por semana para que toques folklore y creo que te vamos a pagar muy bien, así que dejate de embromar y oíme: ni siquiera te pido que te cortes el pelo o te saques el arito asqueroso de la oreja. Pero hay un requisito innegociable para las cadenas de hoteles. Y es muy importante, así que sí o sí lo vas a cumplir.
—Eh, no, yo sabía que algo, ¡algo más!, iban a pedir esos gringos. Me parecía rara tanta generosidad.
—Ya te he dicho que si no quieres no hay problema, busco otro y…
—A ver, decime, qué más quiere ese gringaje.
—Mirá, son tipos finos, elegantes, ganan más plata en un día que nosotros en toda la vida, así que, por favor, bañate.
—¿Has visto?, algo tenían, ya decía yo.
—¿Y si no quiero?
—Llamo a otro.
—No, dejá nomás, me sacrifico. Pero me la debes, ¿eh?, ¡me la debes!
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Muy bueno, Juan Manuel. El diálogo tiene tal autenticidad que me parece ver a esos personajes conversar, y hasta percibir la exasperante mediocridad del músico.

    ResponderEliminar
  2. Cristian Ramón Verduc8 de julio de 2023, 8:18

    Es sacrificada la vida del artista: No sólo hay que tener el amigo indicado, sino también hacer esos enormes sacrificios. Asistencia, puntualidad, higiene... ¡No! Están locos...

    ResponderEliminar
  3. ¿A qué hora es el chou?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

BALCEDO Otro país crecía a su alrededor

Bobadal hoy, visto desde el satélite Brevísima historia de un hombre que forjó un pueblo lejano desde un almacén a trasmano del mundo El hombre se llamaba Balcedo Santillán. Era el dueño del almacén “El luchador”, en el lejanísimo Bobadal, pueblo que estuvo mucho tiempo a trasmano del tren, de las principales rutas y caminos, de los ríos y arroyos, con decir que ni los aviones surcaban su cielo. Nada pasaba por ahí, salvo camiones llevando leña, el ómnibus de la empresa Piedrabuena, carros cañeros, los sulkys en que se manejaban los vecinos y algún viajero que caía por ahí rumbo a otra parte. Alguien dijo alguna vez que los vecinos vivían tras los ancochis, protegiéndose de las inmensas nubes de tierra que dejaban los vehículos de cuatro ruedas. Que honraban su nombre muy bien puesto: “bobadal”, tierra suelta. Balcedo estaba ahí desde mucho antes de que el gobierno loteara el lugar y trazara las calles, algunas de forma arbitraria, pues cruzaban por el medio del patio de algunas casas....

LIBRO Magui Montero partió su alma

Magui Montero al centro, a la izquierda Manuel Rivas, a la derecha, Marcela Elías La presentación de un libro de poesías convocó a un nutrido grupo de amigos y admiradores Por Juan Gómez Fue el miércoles a la caída del sol. Café-Librería “Bellas alas”. Magui Montero presentó su libro “Hasta partir el alma”. De pronto las mesas se cubrieron de flores multicolores (mujeres) que ofrecieron alegría y ruido. Lluvias de ideas entrelazadas entre sí: “Interpela / herida social / mar de la vida / ternura extraviada / intento de reparar / la fuerza de la esperanza / la poesía una forma de escuchar que empieza con la palabra / el papel me reclama que escriba / habla una parte del alma”. La idea de la presentación de su obra literaria, Maqui quiso que tomáramos nota que está en contacto con su alma. Un refrán francés dice que “la gratitud es la memoria del corazón”. Tras sus palabras uno comprende que la vida apura y no tiene tiempo. Quiere encontrar lo extraordinario en lo cotidiano. Escogió es...

ALTO EL FUEGO Cuando el odio es un negocio

El mundo civilizado apoya lo incivil A muchos no les gusta lo que está sucediendo en estos momentos en el Oriente Cercano, Israel y Gaza, vea por qué Por Natalio Steiner desde Raanana, Israel Se logró el acuerdo. El fuego se detuvo. Y de golpe, silencio. Ni marchas, ni carteles, ni lágrimas de alivio. La paz llegó… y a muchos parece que no les gustó. “Habría esperado que las calles de Europa y los campus del mundo estallaran de alegría por el fin de lo que durante meses llamaron ‘genocidio’”, dijo Naftali Bennett, ex ministro israelí. Pero no pasó. Porque su causa nunca fue la vida de los palestinos. Fue el odio a Israel. La oportunidad de sentirse moralmente superiores sin entender nada. Durante meses repitieron lo que les dictaban desde los bunkers ideológicos, sin una idea propia, sin un dato, sin contexto. Ahora que el fuego se apaga, se apaga también su utilidad. Ya no hay cámaras, ni trending topics, ni víctimas que mostrar. Y sin eso, no hay negocio. La paz los deja sin discurso...

PERLITAS Cómo parecer más léido (un poquito nomás)

Perón y su esposa Potota Novias, hijos, amores, nombres, lugares, cambios y muchos otros datos para pasar por culto en un sarao importante Así como en otras publicaciones se entregan claves para parecer más joven, más lindo, más exitoso, aquí van algunas perlitas para darse dique de culto. San Martín era José Francisco de San Martín y Matorras. El nombre de Belgrano era Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús. Y fue padre de Pedro Rosas y Belgrano y de Manuela Mónica Belgrano, ambos nacidos fuera del matrimonio. No se casó nunca. Rivadavia, el de la avenida, era Francisco Bernardino Rivadavia y Rodríguez de Rivadavia. ¿Yrigoyen, pregunta?: Juan Hipólito del Corazón de Jesús y el de su tío, Alem, no era Leandro Nicéforo como repiten quienes se dan de eruditos radicales sino Leandro Antonio. Juan Bautista Alberdi dijo “gobernar es poblar” y se quedó soltero. Es el prócer máximo de los abogados y le regalaron el título en la Universidad de Córdoba, en la que no cursó ni una materia. Corn...

María Corina Machado obtiene el Nobel de la Paz

María Corina Machado Una luchadora incansable por la libertad y la justicia en un país bajo la opresión del socialismo En un mundo en que la oscuridad del autoritarismo se extiende como una sombra implacable, la noticia de que María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 ilumina el horizonte con esperanza renovada. Anunciado hace un rato en Oslo por el Comité Noruego del Nobel, el galardón reconoce su incansable labor por promover los derechos democráticos del pueblo venezolano y su lucha por una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia. Nacida en Caracas en 1967, Machado, ingeniera industrial de formación, ha transformado su herencia de liderazgo en un faro de resistencia civil ante la opresión del socialismo. Desde sus inicios en la política, ha encarnado la valentía frente a la opresión. Fundadora del partido Vente Venezuela en 2012, unió fuerzas opositoras en la alianza Soy Venezuela, demostrando que la unidad es el arma más poderos...